No se pueden describir mejor los minutos de oro de los debates presidenciales en Francia, que como lo hace hoy El PaÃs, aquÃ. Seguramente en unas horas habrá que añadir algún otro hito de debate que enfrentará al siempre punzante Sarkozy y al favorito y más bien apocado Hollande.
Las 50 pelÃculas imprescindibles de comunicación (1): 10 biopics polÃticos
Mis amigos Melvin Peña, Oscar SantamarÃa y yo mismo hemos compartido en Santo Domingo las 50 pelÃculas de cine sobre comunicación y asuntos relacionados, que creemos esenciales. Diez por cada una de las áreas de biografÃas/biopics de polÃticos, comunicación de crisis, relaciones con los medios de comunicación, campañas electorales y polÃtica-ficción. Iremos publicando la lista en los próximos dÃas. Empezamos hoy con nuestros biopics polÃticos preferidos, ordenados por la puntuación que obtienen según los visitantes de la web Internet Movie Database.
Der Untergang (El hundimiento o La CaÃda). 2004. Una excelente pelÃcula alemana sobre los últimos dÃas de vida de Adolf Hitler en el bunker de BerlÃn, antes de suicidarse con su esposa Eva Braun, con la que contrae matrimonio minutos antes. La presión del momento, la irritabilidad del lÃder, la sumisión de los suyos… La pelÃcula tiene como base las memorias de la última secretaria del dictador y de Goebbels, con guión a partir del trabajo del historiador Joachim Fest. Una joya. (Puntuación IMDb: 8,3/10). Trailer.
The King’s Speech (El discurso del Rey). 2010. La Reina Madre no quiso que se conocieran los detalles de la historia de su padre hasta después de su muerte. Y asà fue como luego se contó: el rey tartamudo que tiene que pasar por las manos de un excéntrico logopeda, que le ayuda a superar las dificultades para poder dar su primer discurso radiofónico a la nación, en un momento decisivo de la historia de Gran Bretaña, tras la abdicación de su hermano. Una pelÃcula realmente imprescindible. (Puntuación IMDb: 8,2/10). Trailer.
Gandhi. 1982. Peliculón de tres horas y ocho Oscar. La vida completa del padre de la nación india con un despliegue escenográfico brutal, una excelente interpretación y una verosimilitud admirable. Un clásico que vimos hace treinta años (¡!) pero que resulta portensosamente moderno. No es solo la historia del lÃder, sino también de la resistencia pacÃfica y su arriesgado manejo. (Puntuación IMDb: 8,1/10). Trailer.
Il divo. 2008. Sobre «espectacular vida de Giulio Andreotti,» el eterno primer ministro italiano, y sobre sus relaciones con la Mafia. Ese elemento convierte la pelÃcula en una mezcla de cine polÃtico, trama policÃaca, y pelÃcula costumbrista muy eficaz. Puntuación IMDb: 7,3/10). Trailer USA, que es mejor que el italiano.
Invictus. 2009. MagnÃfica pelÃcula que cuenta cómo Mandela (Morgan Freeman en una excelente interpretación) manejó el rubgy, deporte nacional en Sudáfrica, como un elemento más para unir a su paÃs en la transición histórica tras el Apartheid. No se trata de un biopic al uso, pero la personalidad de Mandela resulta tan subyugante y su actitud tan arriesgada e inteligente, que debe estar en esta lista en destacado puesto. La pelÃcula fue dirigida por Clint Eastwood y tiene como base el libro de John Carlin: Playing the Enemy (El factor humano). (Puntuación IMDb: 7,3/10). Trailer.
Nixon. 1995. Oliver Stone ha dirigido un auténtico serial de pelÃculas polÃticas, y esta es probablemente la mejor de ellas. Hay que añadir JFK (1991), sobre la investigación de la muerte de Kennedy, W (2008), la mediocre y apresurada biografÃa de George W. Bush, y los documentales Comandante (2003) sobre Fidel Castro, y South of the Border (Al Sur de la frontera  (2009), una hagiografÃa controvertida sobre Chávez, Morales, Castro, Lula y Cristina Kirchner, entre otros. En Nixon, Anthony Hopkins interpreta los últimos años de la presidencia de Richard Nixon, «exultante en la victoria, amargo en la derrota,» pero la pelÃcula se extiende a sus años de juventud. (Puntuación IMDb: 7,1/10). Trailer.
Sunrise at Campobello. 1960. Una vieja pelÃcula sobre la vida del gran Franklin Delano Roosevelt, y muy particularmente sobre su lucha contra los efectos de la polio, que comienza a afectarle a los 40 años, y sobre el apoyo de su esposa Eleanor. Ralph Bellamy intepreta a FDR de manera un tanto primitiva visto hoy, y la pelÃcula resulta almibarada en exceso como las producciones de la época, pero se hace un tratamiento muy interesante sobre la cuestión de la enfermedad y las apariencias en la polÃtica, en una época, los años 20, en la que la televisión no existÃa. (Puntuación IMDb: 7,1/10). Trailer.
Vincere. 2009. La historia de la amante secreta de Benito Mussolini, Ida Dalser, de su hijo en común, y de cómo el régimen trata de ocultar su existencia. Pero en el camino se ve al duce en su ascenso al poder italiano, sus discursos incenciarios, etc. Es una pelÃcula italiana muy interesante. (Puntuación IMDb: 6,9/10). Trailer.
The Iron Lady (La dama de hierro). 2012. Más una pelÃcula sobre los estragos de la demencia senil que sobre polÃtica, pero Meryl Streep interpreta con maestrÃa e increÃble verosimilitud el papel de la primera ministra británica desde su juventud hasta hoy. La pelÃcula se deja ver, sin ser una obra maestra. Se observa el carácter tenaz y duro de la dama de hierro, y su sufrimiento por la muerte de su esposo y la llegada de la enfermedad. También las dificultades que encontró en sus últimos años como primera ministra, cuando en su propio equipo, comenzaron a surgir las dudas sobre su propia capacidad para gobernar. (Puntuación IMDb: 6,4/10). Trailer.
La conquête (De Nikolas a Sarkozy). 2012. La pelÃcula no es precisamente vibrante, pero sà deja entrever los escenarios del poder, la personalidad compleja del presidente francés y su tormentosa relación con su mujer, Cecilia, de la que se separa en plena campaña, manteniendo ambos las formas hasta que es elegido presidente. Villepin y Chirac son en el film dos enemigos Ãntimos del «enano cabrón,» al que minusvaloran y tratan con desprecio. Hay una magnÃfica interpretación del hiper-presidente, y un más que digno tratamiento de los personajes. (Puntuación IMDb: 6,3/10). Trailer.
BONUS TRACKS:
Evita. 1996. Pues eso: Madonna y Antonio Banderas, dirigidos por Alan Parker en un musical ligero, interpretando a la carismática esposa de Perón, para escándalo de parte de la sociedad argentina, que no se tomó bien la frivolidad. Dudábamos si ponerla o no, pero Eva Perón, actriz ella misma de serie B, era mucho personaje como para dejarla fuera de una lista de pelÃculas. (Puntuación IMDb: 6,1/10). Trailer.
¡Buen viaje, Excelencia! 2003. De nuevo, no es un biopic, sino una pelÃcula extremadamente irónica y divertida sobre los últimos dÃas de Franco en el palacio de El Pardo. Ramón Fontserè interpreta al dictador, dirigido por el irreverente Albert Boadella, en una pelÃcula audaz, con interpretaciones casi teatrales. La lucha del equipo médico por mantener vivo al jefe del Estado a pesar de su enfermedad para no enfrentar la crisis de su muerte, resulta tragicómica en la pelÃcula. (Puntuación IMDb: 5,7/10). Trailer.
Seguimos en breve con la siguiente lista, en el blog de Melvin.
Sofactivismo: breve antologÃa de hechos, recursos y ejemplos
«Sofactivismo» (en inglés, slacktivism o clicktivism): el activismo fácil que consiste en actuar a través de las redes sociales, del correo electrónico y del teléfono movil, con poco esfuerzo, en defensa de alguna causa social o polÃtica. Algunos ejemplos: firmar una carta dirigida a las autoridades o las corporaciones, circular un vÃdeo, distribuir peticiones en Facebook o Twitter, donar pequeñas cantidades con sms o similares, etc.
- A pesar del enorme interés que suscitó el uso de las redes sociales en la Primavera Ãrabe, lo cierto es que la mayorÃa de quienes las usaban estaban fuera de los respectivos paÃses, y que los repuntes en su uso respondÃan al ritmo que marcaban los medios de masas, particularmente Al Jazeera (referencia). Por cierto, por algún motivo, Twitter cambió los términos de uso justo en medio, imposibilitando que se pudieran hacer estudios retrospectivos de su efecto. Los sofactivistas han de recordar que su activismo está básicamente en manos de canales controlados por empresas privadas y puramente comerciales.
- Algunos sociólogos (por ejemplo Putnam, en su obra Bowling Alone, de 2000), señalan que los medios como la televisión, y también Internet, pueden producir un cierto individualismo y una falsa sensación de participación, que disminuye el compromiso social y sólo genera buena – pero falsa- conciencia.
- Este fenómeno se denomina social loafing o «flojera social«: la gente se esfuerza menos cuando está en grupo. Cuantos más individuos tiran de una cuerda, menos esfuerzo individual hace cada uno de ellos, como demostró el «efecto Ringelmann«, descubierto hace ya cien años.
- Alguna investigación (por ejemplo ésta) ha detectado que Internet, en lo que respecta a las actividades «del mundo real», tan solo permite a los ya activos contar con una forma más de participación, pero que no añade ganas de activarse a los previamente inactivos.
- Ocurre con frecuencia que bajo la imaginaria identidad de blogueros de base, lo que se esconde es una acción polÃtica orquestada desde arriba, que adquiere formas pretendidamente más espontáneas. La blogosfera está muy bien para generar escándalos (pueden verse ejemplos y bases teóricas aquÃ).
- Un estudio sobre las campañas de correos electrónicos masivos que partÃan de MoveOn, la conocida plataforma de protesta, hacia la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, demostró que no tuvieron ningún impacto, porque eran una mera réplica de un mensaje breve, que no suscitaba mayor preocupación en las autoridades.
- Un buen libro sobre «el mito de la democracia digital» tiene precisamente ese tÃtulo, y está escrito por un joven profesor de la Universidad George Washington, Matthew Hindman.
- Y otro buen libro de 2009 sobre la cuestión, The Internet and Democratic Citicenship, del viejo maestro Jay Blumler y de Stephen Coleman, presenta un buen equilibrio sobre los requerimientos para que Internet sea un universo postivo para la ilustración de la ciudadanÃa. En el libro se señala que las redes electrónicas están frecuentemente desconectadas de la polÃtica institucional, lo que puede significar que sean incapaces de controlar a las autoridades. Más aún, las actividades online pueden resultar efÃmeras, coyunturales en exceso y puramente nihilistas, separándose de la agenda real de la toma de decisiones de un paÃs. El fiasco Kony 2012 es un buen ejemplo.
- Un breve debate sobre la cuestión de si Internet favorece o no la democracia puede verse (en inglés) aquÃ.
- El sofactivismo no es necesariamente malo, pero tampoco necesariamente bueno. Hay alguna investigación que detecta una cierta correlación entre el sofactivismo y el activismo off line o del mundo real, pero hay otra que no detecta esa relación (aquà puede verse un buen resumen del estado de la investigación).
- Por supuesto, si alguien tiene interés en controlar el sofactivismo son los sátrapas, dictadores y populistas de turno. Promoviendo legiones de coristas del régimen, como hacen los gobiernos chino, ruso o venezolano (ver el capÃtulo 11 de El poder polÃtico en escena).
Deseo por todo ello que los activistas del mundo no se apoltronen y logren encontrar la manera de levantar a la gente de sus sofás para gritar por la justicia no solo en Twitter y Facebook, sino sobre todo en la calle y en la televisión, esa caja que es la que de verdad temen los corruptos y los autoritarios.
(Felicidades a mis amigos de Actuable, que acaba de asociarse a Change.org. Pero me pregunto si Rajoy hará algo tras recibir las 72.000 cartas idénticas que la plataforma le ha mandado para evitar el control gubernamental de RTVE. Quizá serÃa más eficaz que las pantallas de televisión se fueran «a negro» unos minutos, o que los trabajadores se declararan en huelga…).
¿Uno de los mejores artÃculos de opinión de la historia? Hechos, descanse en paz
Eso han dicho algunos: que es uno de los mejores artÃculos de opinión nunca escritos. Seguro que exageran, pero lo cierto es que la pieza es muy buena, y tiene que ver con la comunicación. Se trata de un artÃculo de Rex Huppke, en el Chicago Tribune de hace unos dÃas. Y viene al caso por lo que aquà en España alguien ha llamado «neolengua»: llamar a las subidas de impuestos optimización fiscal o cosas parecidas, a los recortes ajustes, etc. En El PaÃs, a propósito del uso del género femenino en el español, el miércoles Alex Grijelmo hacÃa un artÃculo también sobre el asunto.
Aquà está el obituario de Huppke, realmente brillante, traducido:
HECHOS, 360 a.C – 2012
In memoriam. Tras años de enfermedad, Hechos ha fallecido finalmente.
19 de abril de 2012, Chicago Tribune
Una rápida revisión de la larga e ilustre vida de Hechos muestra alguna de sus más celebradas afirmaciones: la gravedad hace que las cosas caigan, 2 + 2 = 4, el cielo es azul. Pero, para muchos, los momentos más memorables de Hechos eran las realidades del dÃa a dÃa, desde la certeza de un niño sobre el amor de su madre,  al reconfortante conocimiento de que el programa favorito de televisión empezarÃa puntualmente a las 8 de la tarde. Durante siglos, Hechos fue una parte tan importante de la vida de la mayorÃa de la gente que el filósofo irlandés Edmund Burke llegó a afirmar: «Los hechos son a la mente lo que la comida es al cuerpo.»Para sorpresa de los seres sensibles, Hechos murió el miércoles, 18 de abril, tras una larga batalla por la superviviencia frente al ciclo informativo de 24 horas al dÃa, los blogs e Internet. Aunque pocos esperaban que Hechos saliera de su larga espiral de decadencia de años, oficialmente murió por los daños sufridos la semana pasada, cuando el congresista republicano de Florida, Allen West declaró sin rubor que 81 de sus compañeros de la Cámara de Representantes son comunistas.Hechos se mantuvo durante algunos dÃas tras el ataque – que se produjo sin la más mÃnima prueba o motivo -, antes de exhalar su último aliento en la paz de su hogar, situado en un libro de fÃsica de Secundaria. A la hora de su muerte, Hechos tenÃa 2.372 años.«Es muy deprimente,» afirma Mary Poovey, una profesora de Inglés en la Universidad de Nueva York, autora de Una historia del hecho moderno (A History of the Modern Fact). «Creo que lo que los americanos deberÃan pensar sobre los hechos es que no hay acuerdo sobre lo que los hechos son. Esto significa que nunca vamos a alcanzar acuerdo sobre nada. PolÃtica fiscal, candidatos presidenciales: nunca nos pondremos de acuerdo en nada.»Hechos nació en la antigua Grecia, hijo intelectual de afamado filósofo Aristóteles. Poovey afirma que, en su juventud, Hechos era conocido por sus «principios universales que todo el mundo acepta» o sus llamadas «asunciones compartidas.» Pero en el siglo XVI, el filósofo y cientÃfico inglés Francis Bacon tomó a Hechos bajo su tutela y empezó a desarrollar una nueva manera de pensar: «Hubo un cambio en la palabra ‘hecho’ para significar ahora observación empÃrica,» afirma Poovey. Hechos se convirtió en un conjunto de observaciones concretas derivadas de evidencias. Hechos estaba creciendo.A lo largo de los siglos XIX y XX, Hechos alcanzó la madurez mientras el mundo se inclinaba por probar la verdad de las cosas a través de los principios de la fÃsica y los modelos matemáticos. Se respetaba a los cientÃficos como árbitros de la verdad, y Hechos alcanzó la cima de su poder. Pero los dÃas de gloria no durarÃan. Hechos empezó a ser cuestionado por la gente que no entiende cómo funciona la ciencia. Y al mismo tiempo hubo un ascenso del partidismo en la polÃtica y un crecimiento del número de medios que diseminarÃan la información, que rara vez recurrÃan a la opinión de Hechos. «Cualquier sentido colectivo de lo que era verdad o de cómo debÃan verificarse las apelaciones a la verdad se erosionó,» dice Poovey. «La opinión se ha convertido en la nueva verdad. Y mucha gente que ya tiene opiniones ven en las ‘noticias’ una afirmación de la opinión que ya tenÃan, y que confirma su opinión como un hecho.»Aunque ya débil, Hechos perserveró durante las últimas dos décadas, a pesar de retrocesos históricos que incluyen los escarceos del presidene Bill Clinton con Monica Lewinsky, la justificación del presidente George W. Bush de invadir Irak y el debate sobre la nacionalidad estadounidense del presidente Barack Obama.Hechos resultó repetidamente herido durante las recientes elecciones primarias republicanas, casi de forma letal cuando Michele Bachmann afirmó que una vacuna para una enfermedad de transmisión sexual provoca retraso mental. En diciembre, Hechos fue hospitalizado por unos dÃas, después de que el canal MSNBC contara por error que la campaña del candidato republicano Mitt Romney estaba usando una expresión usada en tiempos por el Ku Klux Klan. Sin embargo, los amigos y conocidos de Hechos dijeron que la afirmación del diputado West de que docenas de polÃticos demócratas son comunistas era simplemte más de lo que Hechos podÃa superar.Con un mundo en duelo el miércoles, muchos eran incapaces de creer que Hechos se hubiera ido de verdad. Como ha dicho Gary Alan Fine, profesor de SociologÃa de la Universidad de Northwestern, «los hechos no están muertos. Hay muchos ahà fuera. Ha habido una auténtica explosión popular.» Fine se refiere a una de las batallas más grandes de Hechos, el debate sobre el calentamiento global. «Hay todo tipo de estudios – afirma. Hay información más que suficiente para demostrar cualquier cosa que quieras defender. PodrÃa preponderar un tipo de pruebas y hay comunidades que deciden que algo es un hecho, pero hay también hechos suficientes para quienes se oponen a esa afirmación para afirmar lo contrario.» Para algunos, la insistencia de Fine en la supervivencia de Hechos puede evocar la creencia de que aún viven estrellas del rock como Jim Morrison. «Â¿Cómo sé yo si Jim Morrison está muerto?» se pregnta Fine. «Â¿Cómo puedo saber que está muerto excepto que alguien me lo diga?»Poovey, que conocÃa a Hechos como nadie, afirma que la defunción de Hechos es un hecho indudable. «La sociedad americana ha perdido su confianza en que haya una única posibilidad» afirma. «Cualquiera puede expresar una opinión en un blog o cualquier otro lugar y no hay forma de comprobarlo; dices lo que te da la gana, y se magnifica. Es este un mundo extraño en el que la opinión de una persona vale como la de cualquier otra.»A Hechos le han sobrevivido dos hermanas, Insinuación y Afirmación Enfática, y un hermano, Rumor. El funeral tendrá lugar en la intimidad. En lugar de flores, la familia ruega a los amigos que hagan una donación a su organización polÃtica preferida.
¿Eres un sofactivista? Test rápido en 10 preguntas y una excelente infografÃa
«Slacktivism» o «activismo perezoso» es el que se hace de manera doméstica. Sin mayor compromiso. Un retweet por aquÃ; una firma en una carta por allá, que ni siquiera tienes que poner en el buzón; un vÃdeo que pones en tu muro de Facebook… Algunos ciberutópicos piensan que asÃ, con el activismo de sofá, el «sofactivismo,»Â puede cambiarse el mundo. Son tan visibles que ni siquiera hace falta mencionarles. Uno de sus más activos representantes es mi buen amigo Antoni Gutiérrez RubÃ, que ayer, sin ir más lejos, escribÃa en El PaÃs sobre el asunto, reconociendo que, quizá, se trata de una ilusión, pero que bienvenida sea.
Sucede, sin embargo, que para quienes hemos mirado la historia de la comunicación polÃtica con algo menos de ilusión, en realidad el ser humano no ha cambiado mucho en los últimos cien mil años, por poner una fecha. La inmensa mayorÃa observa, y una minorÃa controla e influye. Pensar que Twitter y Facebook van a cambiar eso es, cuando menos, temerario. Por lo demás, como sugiere el hipercitado Evgeny Morozov, el sofactivismo puede aliviar la conciencia del sofactivista hasta el punto de generar una sensación de participación – «pseudoparticipación» se llama – que inhibe la necesidad de participar con auténtico compromiso: «si yo ya he colgado el vÃdeo en mi blog, yo ya he cumplido…»
Aún estamos esperando algunos a que alguien nos diga qué verdadera revolución polÃtica se ha producido gracias a las redes sociales: sólo una, por favor. ¿Egipto? ¿Dónde está ahora Twitter, una vez que el ejército, ahora sÃ, ha tomado el control? ¿Siria? ¿Cuántos Tweets evitarán los impactos de bala? ¿China? Allà hay un ejército de blogueros a la pieza que cantan – sin que les fuercen, aunque les den algún yuan por su tiempo – las maravillas del modelo chino. ¿Rusia? ¿Cuba? Y aquÃ… ¿en España? ¿Qué han conseguido los «internautas»? Una sola causa, por favor, por pequeña que sea… ¿Quizá para la Ley Sinde? La aprobó el PP en el primer Consejo de Ministros y ¿qué pasó?
Recuerdo el gran artÃculo de Malcolm Gladwell sobre este asunto, que tanto debate ha generado en la red, y el libro de Morozov que se ha convertido en el gurú del ciberrealismo, y que está a punto de salir traducido al español. Morozov estará en Bilbao en nuestro gran encuentro anual de mediados de junio. Una cita que no deberÃas perderte. Queda sólo una semana para que puedas inscribirte por 50-100 euros.
Para que compruebes si tú también eres un sofactivista, esta buenÃsima infografÃa te pregunta si has hecho las siguientes cosas en los últimos dÃas:
1. Hiciste un retweet sobre una causa.
2. Llevas una pulsera sobre una causa.
3. Participaste en un pequeño boicot de corto plazo.
4. Apagaste la luz por una hora.
5. Hiciste una donación por sms.
6. Pusiste una pegatina en tu coche.
7. Cambiaste tu status en Facebook en favor de una causa.
8. Firmaste online una petición.
9. Compartiste un vÃdeo sobre una causa.
10. Compraste algo cuyo beneficio se destina a una causa.
¿Cuatro o cinco sÃes? Pues quizá ya seas un sofactivista. Ahora te falta ser un activista. Para eso quizá haya que poner algo más de dinero, de esfuerzo y de compromiso, y eso ya cuesta algo más, ¿verdad? Ni Twitter ni Facebook van a cambiar – creemos algunos – el reducido número de los activistas de verdad, lamentablemente. Y el problema puede ser que nos sintamos reconfortados por enviar un simple mensaje o poner una pegatina: un fenómeno, el de la pseudoparticipación, que ya es un viejo conocido de los sociólogos. Eso no quiere decir que las redes sociales no puedan ayudar. Claro que lo hacen, como los teléfonos, las fotocopias o la radio y la televisión lo hicieron en su tiempo. Cuando la tele o la radio o la fotocopia nacieron, muchos anunciaron la paz mundial y la extensión de la democracia gracias a ellas. Mucha prudencia, pues, mucha prudencia. Y un poco más de perspectiva histórica y conocimiento sociológico. No vaya a ser que distraÃdos como estamos con Twitter, dejemos de hacer lo que se nos reclama de verdad, que, por lo demás, da mucha más pereza.
Por qué Sarkozy quiere tres debates y Hollande solo uno
Por lo de siempre. El que es claro ganador quiere arriesgar poco. Y el perdedor desafiante no tiene nada que perder y arriesga al máximo. A veces eso te puede dejar mal, muy mal, como le pasó a Arenas con Griñán en las elecciones andaluzas, o a Rajoy con Zapatero en 2004. Pero en este caso, muy probablemente Hollande no tendrá ese problema, porque ha aceptado un debate y ha defendido muy bien que sea solo uno: es la tradición de la República en la segunda vuelta.
De manera que, con mucha probabilidad, veremos un solo debate, y podemos intuir qué dos personajes representarán:
Hollande, el presidente: conciliador, positivo, optimista, sin entrar al trapo. A la izquierda, pero no tanto. Porque ese lado ya lo tiene, y necesitará mostrarse tan francés como su adversario, y más capaz que él en lo económico.
Sarkozy, el valiente, claro y agresivo lÃder que es. Defendiendo su legado y advirtiendo de los desastres de una economÃa de la pereza y la asistencia, como la de Zapatero y los socialistas en España…
Como las distancias no son abismales, sino más bien cortas, habrá una audiencia millonaria. Ese debate promete.
Muy buena historia del nacimiento y desarrollo de las relaciones públicas en empresas y polÃtica: cuatro horas para disfrutar
Una serie magnÃfica en cuatro partes que me pasa mi hermano Enrique Bueres, en un reportaje de 2002. La historia completa de la persuasión de masas, con un tono apocalÃptico bastante exagerado, pero con un resultado sumamente interesante. Hay que creerse la mitad de lo que se ve, pero la serie es magnÃfica en calidad. Cuatro horas muy interesantes para un fin de semana frÃo de primavera como éste, y con subtÃtulos en español:
Parte primera: Máquinas de la felicidad. La historia de la relación de Freud con su sobrino americano, Edy Bernays, que inventó el término «relaciones públicas» en los años 20 del siglo XX, y las aplicó al mundo no de la guerra como hasta entonces, sino del comercio.
Parte segunda: La ingenierÃa del consenso. Los polÃticos y los empresasarios, y Bernays, trataron de aplicar el psicoanálisis a las nuevas masas de la sociedad industrial, en la epoca de la radio, los fascismos, etc.
Parte tercera: Hay un policÃa en nuestras cabezas, y ha de ser destruido. En los años 60, un grupo de psicoterapeutas luchó contra las ideas de Freud, en la era de los movimientos de autoayuda, para resistir a la influencia de las presiones externas.
Parte cuarta: Ocho individuos en una sala. Blair y Clinton, a través del grupo de discusión, empezaron a estudiar los sentimientos profundos de la gente con respecto a la polÃtica, como antes se habÃa hecho para los productos.
Dos fotos nada espontáneas
Obama se sentó el jueves en el autobús público en el que Rosa Parks fue obligada a ceder sitio a un blanco en 1955. Obama posa ante el fotógrafo de la Casa Blanca en un autobús de museo. Nada espontáneo, claro. Pero tampoco fue espontáneo el gesto de Rosa Parks:
El autobús amarillo y verde se exhibe restaurado en el Museo Henry Ford, en Estados Unidos. En la época en la que circulaba por las calles de Montgomery, en el estado sureño de Alabama, aquel autobús público tenÃa unas normas de uso muy estrictas. Los negros, que eran tres de cada cuatro usuarios, podÃan sentarse a partir de la cuarta fila, pero si llegaba un blanco y no tenÃa sitio, el negro debÃa levantarse y sentarse detrás, quedarse de pie o abandonar el vehÃculo. Los negros debÃan pagar su billete entrando por la puerta delantera, pero luego debÃan salir y entrar por su puerta, la de atrás.
El dÃa 1 de diciembre de 1955, en torno a las seis de la tarde, Rosa Parks, una trabajadora de cuarenta y dos años, decidió desafiar las normas de segregación racial de Montgomery y no se levantó cuando el conductor del autobús le exigió que lo hiciera para ceder su sitio a una persona blanca. Fue arrestada y su caso se convirtió en uno de los hitos más celebrados en la larga historia por la defensa de los derechos civiles en el paÃs.
En realidad, la decisión de Parks no fue aislada, ni del todo espontánea, ni natural, ni inocente. Tampoco fue inocente ni casual ni espontánea la expansión de las «sentadas»de los negros en los lugares reservados a los blancos por todo el sur, o la frase histórica «Tengo un sueño» pronunciada por el reverendo King en 1963, o, en el lado contrario, las fotografÃas aterradoras de las hogueras del Ku Klux Klan. Aquellos hitos condensaban con fuerza significados diversos en torno a una idea largamente gestada, cuya puesta en escena fue preparada a conciencia y que, finalmente, estaba madura para su consumo por la ciudadanÃa: la idea de la igualdad de derechos civiles de negros y blancos.
….. Continúa en El poder polÃtico en escena, capÃtulo 9: Relatos que se propagan en blanco y negro.
Breve antologÃa de la petición de perdón
El rey de España no lo habÃa hecho nunca, pero es indudable que una petición de perdón a tiempo es una buena manera para la restauración de la reputación. Las condiciones para que la petición tenga efecto en la opinión pública son más o menos las siguientes.
1. Que el error sea un clamor popular. No, una vez más, no eran unos cuantos miles o cientos de miles en Twitter quienes comentaban el periplo de caza del rey. Era todo un paÃs en sus conversaciones de café, y también los medios internacionales, quienes obligaban al rey a afrontar el asunto de cara. En la campaña de primarias demócratas de 2008 el candidato Edwards pidió perdón por una relación extramatrimonial antes de que fuera de conocimiento general, y ese fue el final de su carrera presidencial.
2. Que la petición de perdón sea contundente y sin medias tintas. Basta con decir algo tan sencillo como «lo siento,»Â o «perdón.» Si, además, como el rey, se dice «no volverá a ocurrir,» mejor aún.
3. Que no vuelva a ocurrir. SÃ, parece obvio, pero si el rey fuera sorprendido en algo parecido en los próximos meses tendrÃa un problema de imposible solución. Pedir perdón una vez o dos vale, pero estar todo el dÃa pidiéndolo no sirve.
4. Que el propio afectado purgue simbólicamente su «pecado»: En España serÃa raro ver al rey, como se vio a Clinton, ir a la Iglesia para pedir el perdón divino tras sus excusas públicas sobre el asunto Lewinsky, o aparecer en prime time con su mujer de la mano, pero serÃa bueno ver al rey pronto reestablecido, sonriente y con una agenda, quizá, algo más intensa de lo habitual.
Aquà dejamos (gracias, Oscar), una antologÃa limitada y de urgencia de polÃticos, o casi polÃticos, pidiendo perdón:
POR HECHOS HISTÓRICOS O ERRORES DE OTROS (ESO PARECE FÃCIL):
- Benedicto XVI pide perdón por los casos de pederastia entre el clero
- Juan Pablo II, por la condena de Galileo.
- El presidente de Colombia, Santos, pide perdón por masacres del Estado en lucha contra la guerrilla.
- Alan GarcÃa, por la esclavitud.
- El primer ministro británico, Cameron, por el «Bloody Sunday»
-  Merkel pide perdón por asesinatos neonazis:
POR CUESTIONES PERSONALES Y SEXUALES:
- Clinton pide perdón por el affair Lewinsky.
- Berlusconi pide perdón a su mujer.
- Berlusconi se excusa ante las españolas Chacón y Salgado por decir que el gobierno de Zapatero era «demasiado rosa».
VÃdeo trailer de El poder polÃtico en escena
Pura publicidad esta vez, con perdón: un vÃdeo promocional. El libro estará el jueves en las librerÃas y como en un mes en edición electrónica. Si lo quieres ver mejor déjalo en pausa unos segundos hasta que avance la barra gris, para verlo sin cortes inconvenientes.
El vÃdeo está dedicado a tantos lectores y lectoras anónimos, unos 5.000 cada mes, que pasan por aquÃ. Gracias.