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Cómo se monta una revolución (con o sin Twitter)

Ayer dio TVE un fantástico reportaje: «Cómo empezar una revolución.» Es una excelente crónica de la obra de Gene Sharp, el fundador del Albert Einstein Institute, que lleva trabajando décadas en la promoción de los cambios sociales a través de la no violencia, y que está en el origen de las revueltas en Oriente Medio, como antes de Serbia y otros lugares. Aquí ya habíamos hablado de la cuestión. Ahí puedes encontrar algunos textos gratuitos. Martin Luther King, siguiendo a Gandhi, llamaba a esta lucha pacífica, comprometida y arriesgada, «tensión creativa.» En El poder en escena, que se publicará en mayo, le dedico páginas a esa lucha.

La obra de Gene Sharp y el documental muestran la ingenuidad de quienes piensan que se monta una revolución sólo con la tecnología, y especialmente de quienes creen que una tecnología pop y de política-basura como las «redes sociales,» puede cambiar el mundo. Bastaría con preguntar dónde está Twitter ahora que andan en Oriente Medio matando a gente en las calles (Siria) o elegiendo a barbudos para el Congreso (Egipto). ¿Dónde está Twitter ahora? Pero por si hay alguna duda, mejor ver el documental.

La concreción es espectacular: poner a las abuelas, los militares veteranos y las jóvenes mujeres en la cabecera de la manifestación; escribir los carteles en inglés; montar vigilias y oraciones nocturnas; hacer uso de colores y símbolos poderosos; etc.

La gente poderosa se siente, literalmente, más alta

Sabemos ya que la gente más alta tiene mayores ingresos y más estatus. Sabemos que la estatura media de los goberantes es mayor que la talla media de sus conciudadanos. Sabemos que los líderes tratan de parecer más altos: usando alzas en sus zapatos (como Sarkozy o el fallecido Kim Jong Il), subiéndose a banquetas (como Franco en el Palacio de Oriente o Hitler en Nuremberg), o poniéndose inmensas pelucas (como Luis XIV en Francia).

Ahora sabemos también, por tres interesantes experimentos, que la gente que se siente poderosa, tiende a percibirse físicamente más alta.

La genética determina en parte la ideología

Hay una contundente, productiva e innovadora corriente dentro de la psicología, la genética y la ciencia política, que viene demostrando en los últimos años que la ideología de un individuo está marcada de manera importante por su genética.

Un último estudio constata de nuevo esa relación. Además, explica el estudio, no es que la genética influya en la personalidad y ésta en la ideología política, como suele considerarse, sino que tanto personalidad como ideología están determinadas por los genes.

En El poder en escena hablo de eso en profundidad.

Ganará Chacón, estoy seguro

La Fundación Ideas publica hoy un artículo en el que recojo ocho apuntes sobre el 38 Congreso del PSOE, que debe elegir a un nuevo líder de la Oposición en España. En esos ocho apuntes señalo lo que creo que le hace falta al partido, a partir de lo cual es fácil deducir que Carmen Chacón sería mejor opción que Rubalcaba. Claro que quienes deciden son casi un millar de delegados que se rigen por criterios diversos y muy particulares… De manera que quién sabe lo que puede suceder…

Fotografías mentirosas

Excelente – parece, aún no he ido – la exposición en Madrid «Fotografía sin verdad,» sobre la manipulación de las imágenes fotográficas a través de Photoshop y similares. Ejemplos clásicos y antiguos de dictaduras, pero también muy recientes y «democráticos», como la supresión de las gorduras de Sarkozy, el anillo caro de la ministra de Justicia francesa, o el brazo amputado en las fotos del 11 de Septiembre en Madrid. Hay un libro de igual título que también promete. En un artículo en El País de hoy se habla de la exposición.

 

 

No es manipulada ni tiene nada que ver con la exposición, pero es sumamente graciosa esta fotografía que me remite el padrino de Bruno, con una Dilma Roussef, presidenta de Brasil, «ajusticiada» por sus guardias:

 

Premian la foto que retrató el "difícil" momento de Dilma Rousseff

 

El framing con una grafía sencillísima

Daniel Kahneman, en su lectura del premio Nobel luego adaptada y publicada, explicó con un sencillísmo ejemplo, la fuerza del marco en la percepción de la realidad. En este caso se trata de la fuerza del contexto. En un marco de números se ve una cosa. En un marco de letras se ve otra.

Insisto en que eruditos de lo nuestro, economistas, sociólogos y psicólogos, no pueden dejar de leer Thinking. Fast and Slow, el «testamento intelectual» de Kahneman.

Vuelvo a la carga. Gracias por esperar

Terminó la preparación de El poder en escena, que publicará RBA en los próximos dos o tres meses. La cubierta dirá algo así sobre el libro:

¿Qué tienen en común el aullido de los lobos al salir de caza y los invitados a un programa de entrevistas o los candidatos presidenciales que debaten en televisión? ¿Por qué hablando de política, cuantas más pruebas ofrecemos a alguien de que está equivocado más se refuerza en su posición? ¿Qué distingue a conservadores y progresistas? ¿Podemos cambiar la manera de ver el mundo cambiando las metáforas y marcos que utilizamos para describirlo?…

El poder en escena es una crónica única y original de las bases, la historia y la práctica de la representación política. El viaje comienza con las similitudes del comportamiento político humano y el de otras especies animales, continúa con las peculiaridades del perezoso y tramposo cerebro al percibir la política, y termina en la configuración de las corrientes de opinión colectiva y en las prácticas rituales y simbólicas de los líderes para narrar sus historias. Las abundantes investigaciones revisadas se ilustran con decenas de ejemplos y con vibrantes descripciones históricas de cómo los líderes políticos seducen a su público para hacerse con su favor, desde la prehistoria hasta la era de Internet, pasando por la Francia del Rey Sol, los fascismos europeos o el movimiento por la defensa de los derechos civiles en los años 50.

Libertad económica, nuevo mantra de la mano del lenguaje

De mi amigo Emilio Arrojo, excelente pieza aquí.

(Sigo rematando El poder en escena).

 

¿Por qué no escribo más?

Me han preguntado dos o doscientas personas por qué ultimamente no actualizo más el blog.  No escribo más porque estoy escribiendo mucho… Preparo El poder en escena, un manuscrito de libro que entregaré a la editorial en el plazo acordado (más o menos): es decir, ya. Agradezco a esas dos o doscientas personas que me preguntan, y les pido que no dejen de pasar por aquí de vez en cuando. Cuando termine, prometo volver a la carga intensamente. Felices fiestas, por cierto.

Caricaturas políticas en el Met

En el Metropolitan Museum de Nueva York, una exposición interesante de caricaturas políticas desde hace siglos hasta hoy, que ojalá venga a Europa. Y aquí un artículo de ayer en El País sobre el asunto, entretenido de leer.