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La información lenta y espasmódica a través de las redes sociales

«La información en las redes sociales viaja a un ritmo inesperadamente lento, con la excepción de algunos eventos masivos». Esa es la conclusión de un estudio de IBM en el que participaron 30.000 personas de 11 países. El estudio también observó la importancia en la difusión de unos pocos individuos expertos en los temas. Pero para que esa aceleración se produzca, la información que se difunde debe ser muy interesante, muy contagiosa.

Esteban Moro, uno de los autores del estudio, ha publicado otro más recientemente, sumamente interesante, pero esta vez con 9.000 millones de llamadas telefónicas a partir de una base de datos anónima de Telefónica. Moro no estudia en esta ocasión con quién se interactúa en una red social, sino a qué ritmo. Y descubre una especie de espasmos u olas de información. Es como esos fuegos artificiales cuyos haces de luz se multiplican sucesivamente en el aire. Esa visión de la comunicación humana recuerda, cómo no, a las epidemias de cualquier otra cosa, como desde hace tanto sabemos al hablar de la «viralidad» de la comunicación.

Moro también tiene un estudio aplicado a la política española, sobre Twitter como herramienta predictiva.

Por lo demás, el mismo autor ha escrito unas «leyes del marketing viral» muy interesantes, y tiene un blog espectacular.

Recomiendo en un nivel más introductorio, el libro de Christakis y Fowler, Conectados. (Comprado con Magali en los infinitos pasillos de Strand, la librería de Broadway para perderse cuatro horas, antes de tomar un café revisando las compras. Ummm…).

La angustia del asesor de Kennedy

Semanas después del fiasco de Bahía Cochinos, Kennedy tiene una entrevista trascendental con el líder soviético Krushchev en Viena. El asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense le envía un memorando a Kennedy en el que expresa su angustia por la manera como se está preparando la reunión. Es una expresión contundente del desorden tan habitual en un gabinete, particularmente en el caso de Kennedy. Lo leo en En el poder y la enfermedad, un libro sobre los problemas de salud de los políticos, que en el caso de JFK eran graves. Pero el memorando me parece brillante al expresar un problema típico de la asesoría. Se lo dedico a Melvin Peña, con quien acabo de cenar en Santo Domingo, República Dominicana. Y con quien conversé presisamente sobre esos mismos problemas en las relaciones con los clientes / jefes.

No podemos conseguir que se quede usted quieto… La verdad es que el Consejo de Seguridad Nacional, por ejemplo, no puede trabajar para usted a menos que usted autorice unos calendarios que no se desbaraten de un día para otro. Convocar estas reuniones con cinco días es una estupidez y aplazarlas seis semanas de golpe es igual de malo… Truman y Eisenhower hacía sus tareas de asuntos exteriores a primera hora de la mañana y hace un par de semanas me pidió usted que empezara a reunirme con usted en ese horario. He conseguido pillarlo tres mañanas por espacio de ocho minutos en total y deduzco que no es así como le gusta emperzar el día. Además, seis de esos ocho minutos no se dedicaron a lo que yo tenía para usted sino a lo que usted tenía para mí… Ahora mismo es tan difícil acceder a usted con algo que no sea urgente e inmediato que aproximadamente la mitad de los documentos e informes que pide personalmente no se le enseñan porque cuando está disponible se ve claramente que ya ha perdido el interés por ellos.

La reunión con Krushchev fue un desastre, como cuenta a continuación David Owen en su libro. El memorando es de McGeorge Bundy, 16 de mayo de 1961, Archivos de Seguridad Nacional, John Fidgerald Kennedy Library, cajas 287-290.  

 

Vuelve el comandante a Miraflores

Hemos visto las imágenes de Chávez cantando a su última vuelta a Venezuela hace unos días, en los informativos de todo el mundo. Lo que no hemos visto es que el presidente de Venezuela lleva todo el verano, desde el hospital, por Twitter, por teléfono, encadenando (como dicen allí, es decir, obligando a que todas las televisiones den sus discursos), hablando y hablando. Desde el hospital ha estado omnipresente.

Está manejando su enfermedad (que le ha reportado algún beneficio en popularidad, pero muy excaso) como si fuera asunto pasado y poco grave. No lo tiene fácil para las elecciones.

Su regreso a Miraflores fue apoteósico: rodeado de gente, con una orquesta, llamando a los mandos del ejército a unirse con él, mentando a la virgen de quien es devoto, bailando y cantando, sin dejar de hablar del país, de Libia, de la paz, de la Oposición a la que, repite tenazmente, va a dejar KO en las elecciones de diciembre del año que viene. En fin, el vídeo, de casi 40 minutos, no tiene desperdicio.

Ya antes, en su primera llegada después del primer tratamiento, había llegado Chávez al son de violines y cantos de jóvenes como si fuera un auténtico mesías. Recuerdan esos jóvenes a los que cantaban al Papa en verano en Madrid. Otro vídeo casi increíble.

Tengo pendiente de leer el libro del exministro británico David Owen, En el poder y en la enfermedad. Enfermedades de jefes de Estado y de Gobierno en los últimos cien años

 

Según las 13 claves, ganarán Rajoy, Kirchner, Mejía, Obama y la Oposición venezolana

Lichtman aplica trece claves para anticipar si ganará el candidato republicano o el demócrata en Estados Unidos. Su modelo ha funcionado desde 1860 hasta hoy. Quien quiera mantenerse en el Gobierno debe cumplir siete de sus 13 claves. Adaptándolas al resto del mundo, deberían ganar Rajoy en España, Kirchner en Argentina, Hipólito Mejía en República Dominicana, Obama en Estados Unidos y la Oposición venezolana. Esas son algunas de las elecciones presidenciales o generales de este año.

Estas son las claves y a quién benefician:

1) Tras las últimas elecciones de ámbito nacional, el partido en el Gobierno tiene un resultado mejor en número de escaños que en las anteriores. Bien para Kirchner, para Rajoy y para la Oposición venezolana. Mal para Obama y para Mejía.

2) No hay competición seria sobre la nominación del candidato del partido en el Gobierno. Bien para Obama y para Kirchner. Mal para Rajoy, para Mejía y para la oposición venezolana.

3) El candidato del partido en el Gobierno es el presidente actual. Bien para Kirchner, para Obama, para Mejía y para Rajoy. Mal para la oposición venezolana (con permiso de la enfermedad de Chávez).

4) No hay campaña significativa de ningún tercer partido que pudiera restar protagonismo substancial a los dos partidos mayoritarios. Bien para Kirchner, para Rajoy, para Obama, para Mejía y mal para la Oposición venezolana.

5) La economía no está en recesión durante la campaña. Bien para Kirchner, para Mejía, para Rajoy y para Mejía. Mal para Obama.

6) El crecimeinto real per capita durante el mandato es igual o mayor al crecimiento medio durante los dos mandatos anteriores. Bien para Kirchner, para Rajoy, para Mejía y para la Oposición venezolana. Mal para Obama.

7) La administración en el Gobierno ha hecho cambios notables en las políticas públicas del país. Bien para Obama, para Kirchner, para Mejía y para Rajoy. Mal para la oposición venezolana.

8/ No hay revuletas sostenidas durante el mandato. Bien para Obama, para Rajoy, para Kirchner y para la oposición venezolana. Mal para Mejía.

9) La administración en el Gobierno no está manchada por ningún escándalo mayor. Bien para Obama, para Kirchner, y para Mejía. Mal para Rajoy y para la Oposición venezolana (?).

10) La administración en el Gobierno no sufre grandes fracasos en política exterior. Bien para Obama y para Kirchner. Mal para Rajoy, para Mejía y para la oposición venezolana.

11) La administración en el Gobierno logra algún éxito notable en asuntos exteriores. Bien para Obama (Bin Laden) y para Rajoy y la oposición venezolana. Mal para Kirchner y para Mejía (se puede considerar un éxito la intervención dominicana con el terremoto de Haití).

12) El candidato del partido en el Gobierno es un líder carismático o un héroe nacional. Bien para Obama, para Kirchner y para Mejía. Mal para la oposición venezolana y para Rajoy.

13) El líder del partido desafiante no es un líder carismático o un héroe nacional. Bien para Kirchner, para la oposición venezolana, para Mejía y para Obama (de momento). Mal para Rajoy.

En España Rajoy (sin carisma) se enfrentará a un carismático Rubalcaba, pero con una recesión importante, revueltas en la calle aunque pacíficas, un gobierno saliente y que no puede esgrimir grandes éxitos ni de gestión ni exteriores. Las encuestas dan ganador rotundo a Rajoy.

En Estados Unidos, a la espera de las primarias republicanas, los demócratas perdieron apoyo en las últimas intermedias y la economía val mal. Pero Obama está asentado como candidato a la reelección, tiene la reforma de la sanidad en la hoja de servicios y también la captura de bin Laden. Las encuestas de momento dicen que gana.

En Argentina, Kirchner puede mostrar una economía en buena situación macro, ausencia de protestas notables, recientes victorias electorales y continuidad. Se da por hecho que la presidenta renovará.

En República Dominicana sale Leonel Fernández y deja a un candidato con menos carisma, Danilo Medina. El que ya fuera presidente, Hipólito Mejía, es favorito en las encuestas por el PRD, el partido de la oposición.

En Venezuela la popularidad de Chávez ha ido cayendo, aunque también la polarización del país. la situación económica es muy mala, Chávez ya decae, y la Oposición tiene primarias con varios líderes potentes. Como no hay segunda vuelta, es esencial que la oposición tenga un candidato único y fuerte y que no haya divisiones.

Nueva película de asesores electorales, con Clooney

George Clooney dirige e interpreta a un gobernador que es candidato presidencial en Estados Unidos, en una película de suspense que veremos en cines en octubre (aquí está el trailer), y que esta tarde se estrena en el Festival de Venecia. The Ides of March será un éxito seguro a la vista de la su reparto. En la película el segundo protagonista es un asesor de comunicación. (Gracias por el aviso, Josué).

ides of march poster George Clooney for President, The Ides of March

Más bandera, más conservadores

La bandera nacional es un símbolo poderoso, y por ella hay gente capaz de morir y matar. En España, la bandera ha sido en buena parte monopolizada por los conservadores. En cualquier manifestación convocada por el PP, habrá siempre banderas nacionales predominando. En cualquier manifestación del PSOE habrá muchas menos, probablemente casi ninguna, y quizá se vean algunas banderas preconsitucionales republicanas. Por ejemplo:

El día de la victoria del PP en las Elecciones Locales de mayo:

 

Euforia entre los simpatizantes del PP concentrados frente a Génova

Y el día de la victoria del PSOE en las últimas elecciones generales de 2008:

 

 

Unos profesores han hecho en Estados Unidos un interesante experimento en varias fases, llamado «Long-term effects of U.S. flag exposure on republicanism». Primero reclutaron a 396 voluntarios a través de anuncios en prensa. Fue durante la campaña presidencial de 2008. En una encuesta online, a cambio de diez dólares, se les preguntó si votarían por McCain o por Obama, y su nivel de simpatía por los principales partidos, además de otras cosas.

Se les pidió ayuda una segunda vez, pocos días después. A cambio de otros 15 dólares, deberían contestar exactamente lo mismo que la primera vez. Pero en esta ocasión había un cambio. En el cuestionario de la mitad de los entrevistados se incluyó una pequeña bandera estadounidense en la esquina superior izquierda de la página. En una tercera ocasión, ya después de las Elecciones, se les ofreció de nuevo 15 dólares para preguntarles por quién habían votado finalmente.

La bandera ejerció una influencia significativa: los que la habían visto se manifestaron (ceteris paribus) más cercanos a McCain y a los republicanos que los que no la habían tenido presente. Pero no sólo eso: la banderita se llevó, según parece, también a la urna. Hubo un voto real a McCain diez puntos mayor entre los que vieron la bandera que entre los que no la vieron, siendo ambos grupos sociológicamente iguales.

Hubo incluso una cuarta entrevista en julio de 2009, y la influencia de la bandera parecía seguir presente, porque los que la habían visto valoraban al presidente peor que los que no la vieron.

En 2010 los profesores hicieron otra ronda de experimentos con gente distinta y llegaron a la misma conclusión: la bandera favorece a los republicanos.

Zapatero no ha querido usar un pin de la bandera de España nunca, hasta donde yo sé, y sé que la decisión ha tenido que planteársela en alguna ocasión. Obama no llevó bandera estadounidense durante su campaña porque llevaba – decía – el patriotismo en su corazón. Pero lo cierto es que la identificación de la bandera con los conservadores es una debilidad de los progresistas. Aquí en España lo saben muy bien también los progresistas catalanes o vascos no nacionalistas, en medio del monopolio de la bandera española contralada por el PP, y la bandera regional controlada por los nacionalistas locales.

40 años del experimento de la Cárcel de Stanford

En estos días se cumplen 40 años de la realización de un experimento controvertido pero muy ilustrativo, que demuestra qué mala puede ser la gente sometida a la presión del entorno. En 1971, Philip Zimbardo reclutó al azar a un grupo de estudiantes para que hicieran en una supuesta carcel, el papel de carceleros y prisioneros, que les fue aleatoriamente asignado. Los participantes se metieron tanto en su papel que los carceleros empezaron a humillar a los prisioneros, éstos se amotinaron, se dividió a los prisioneros en «buenos» y «malos», etc. El experimento tuvo que cancelarse por la dureza que estaba adquiriendo, pero según Zimbardo demostró qué fuerte es la presión social para que se acepten prácticas que de otra manera se habrían censurado. El estudio es conocido como Experimento de la Cárcel de Stanford, y es un clásico de la psicología social.

En 1992 se hizo un documental de televisión sobre el experimiento que resulta fascinante – y duro de ver. Lo tienes completo en Internet (por cierto en un portal lleno de documentales de todo tipo).  Zimbardo publicó El efecto Lucifer, el porqué de la maldad años después, con las reflexiones sobre aquel y otros muchos estudios, y ya incorporando fenómenos como Abu Graib, etc.

Antes, otro investigador colega de Zimbardo, Stanley Migram, hizo un experimento parecido, muy conocido también, pidiendo a unos individuos que, para un experimento científico, dieran descargas eléctricas a una persona que no podía verles, detrás de un espejo. A pesar del dolor y las súplicas que las víctimas de las descargas (en realidad actores que simulaban su dolor), muchos de los individuos reparaban poco a la hora de aumentar las descargas eléctricas obedeciendo a la autoridad del científico que se lo pedía.

Estoy leyendo este verano el increíble Modernismo y fascismo, la sensación de comienzo bajo Mussolini y Hitler, una documentadísima cuenta de cómo el arte, la literatura, la ciencia, el deporte, la educación… y por supuesto los medios de comunicación con un naciente cine, se ponían al servicio de una causa que no era solo la obsesión de un fanático loco (llámese Mussolini, Hitler o Stalin…), sino también la causa de la superación colectiva de la humillación y la pérdida de rumbo que la gente percibía en aquellos momentos en Europa.

146 libros gratis sobre comunicación e internet

Cortesía de Héctor Russo, GeeksRoom, aquí hay un centenar y medio de textos sobre la cuestión, en español e inglés. Supongo que no son piratas sino gratuitos, que es distinto. El enlace lo pasa el consultor de Llorente&Cuenca Madrid, Luis González.

La estrategia electoral de Chávez

Chávez tiene elecciones a finales de 2012. Es decir, en nada. La Oposición aún no tiene candidato único, y hará primarias: dos favoritos claros: Capriles (gobernador poderoso, joven y carismático) y Leopoldo López (inhabilitado a la espera de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentencie en contra de la decisión del Gobierno venezolano).

Mientras, Chávez, que ya a amenazado con apelar al Ejército si se pone en riesgo la revolución bolivariana, parece que lanza señales de moderación. Aupado por unos cuantos puntos de aprobación más desde que se supo de su aprobación, anda con un nada despreciable 50 por ciento, pero a la baja. Así que tratará de mostrarse como un presidente democráctico homologable. Así lo dice al menos un interesante artículo reciente en El Universal. Vestirá menos su uniforme militar y menos la camisa roja. Quitará los miedos de expropiación a los areperos y los cientos de miles de pequeños comerciantes del país. Quizá se le verá menos con Castro y promueva imágenes con Dilma o con Cristina (que no sé si estarán muy interesadas en juntarse a él…).

La comunicación no basta (o sí)

En uno de esos magníficos memorandos que de vez en cuando nos regala The Democratic Strategist, la plataforma de mi amigo Stan Greenberg y sus colegas, James Vega escribe una dura crítica de quienes afirman que «si Obama utilizara mejor la comunicación todo esto no pasaría». La «comunicación» es el famoso bully pulpit, el término que utilizó Theodor Roosevelt para describir el «magnífico púlpito» que es la Casa Blanca para hablar y marcar la agenda.

Y «lo que está pasando» es que Obama está en índices de aprobación en decadencia (ahora en un 41 por ciento), en mitad de la bronca con el Tea Party y el resto de republicanos extremistas que no aceptan subir el nivel de deuda de Estados Unidos para afrontar las dificultades de la crisis (la deuda que multiplicó Bush con las guerras y otras aventuras).

Vega afirma que los progresistas no deberían repetir el argumento absurdo, indemostrable y simplista de que «Si Obama utilizar mejor su púlpito», cambiaría la suerte del presidente. El autor explica que eso siempre se dice cuando no se quiere aceptar que los problemas son políticos y no sólo comunicativos, y que se suele aplicar como si fuera la invocación de un espíritu carismático y salvador que resuelve todos los problemas…

Vega pone los múltiples ejemplos en los que Obama ha hecho visitas a lugares para visualizar su compromiso con el desarrollo de la economía verde, los muchos casos en los que ha hablado de empleo, empleo y empleo… El enorme esfuerzo comunicativo que, sin embargo, pasa desapercibido para una prensa empeñada en mostrar siempre la controversia (por lo que, deduzco yo, entonces sí hay un problema de comunicación…).

Eso me recuerda las palabras de Tony Blair, que en una mesa con unas 30 personas, en Nueva York en Navidad, nos decía con cierto resentimiento que «los problemas no suelen ser de comunicación, sino de política». Yo creo que son las dos cosas.

(Stan Greenberg publicó un buen artículo en el New York Times recientemente diciendo que un motivo por el que los votantes dan la espalda a los demócratas es que no defienden el papel del Estado).