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¿Cómo evitar la difusión de teorías de la conspiración?

Que el ataque a las Torres Gemelas fue en realidad organizado por la CIA (una amplia mayoría de árabes cree que el origen fue estadounidense); que el 11M en Madrid fue organizado con ETA (lo creía en su momento casi un 20 por ciento de la población española); que el hombre no llegó a la Luna sino que fue  un montaje; que la CIA (siempre la CIA) mató a Kennedy…

Una teoría de la conspiración es «el esfuerzo de explicar una práctica o un suceso con referencias a las maquinaciones de los poderosos, que se han encargado de ocultar su papel». Así la definen Cass Sunstein y Adrian Vermeule en un trabajo muy interesante titulado «Conspiracy Theories«. Me lo pasa Oscar Santamaría y se lo agradezco.

Obviamente, no todas las teorías conspirativas son peligrosas. Hay una que se mantiene desde hace siglos, que dice que un líder misterioso llamado Papá Noël, con la ayuda de miles de elfos, trabaja en un lugar remoto para distribuir regalos a los miembros más jóvenes de la sociedad en la Nochebuena. También hay otra que habla de un ratón que colecciona dientes. Otras creencias falsas no son conspirativas: por ejemplo, que no hay cambio climático.

Las teorías conspirativas surgen y se expanden de una manera peculiar. Primero, por lo que Sunstein y Vermeule llaman «epistemologías amputadas», es decir, por la ausencia de información correcta y racional. Por ejemplo, hay más teorías conspirativas donde la gente no tiene información libre, como en las dictaduras o los países pobres.

Segundo, los rumores y la especulación. Hay gente que se lucra con el rumor (en España tenemos algunos buenos ejemplos en las televisiones comerciales). Otra simplemente disfruta difundiendo fantasmadas.

Tercero, se producen cascadas de información, que varían en función de la información disponible, en función de la reputación de las fuentes y en función de la polarización social.

¿Qué pueden hacer los gobiernos que afrontan la difusión de una teoría de la conspiración? El dilema es relevante porque en muchas ocasiones (no siempre, claro), las teorías pueden hacer daño, poniendo en cuestión el sistema, provocando reacciones violentas o simplemente distrayendo la atención de asuntos más relevantes.

La propuesta de nuestros dos autores es la «infiltración cognitiva» en los grupos que promueven estas teorías. La infiltración cognitiva significa que se trabajen los argumentos contrarios, que se cuente con terceros creíbles que desmonten la teoría, y que se converse informalmente con los promotores de la teoría.

«Esperar y ver» cómo la teoría se agranda no suele ser rentable, porque cuando quieres actuar es demasiado tarde. Pero, por otro lado, dedicarse a desmontar todas las teorías conspirativas puede ser agotador y poco rentable. Desmontar sólo unas teorías conspirativas pero no todas, dicen los autores, tiene el efecto de legitimar todas las que no son desmontadas. En resumen, lo que parece más práctico es ser selectivos en las teorías que se trata de desmontar, y dedicar buenos esfuerzos a hacerlo, pero no dejar ninguna relevante sin tratar.

¿Dónde deben desarticularse las teorías conspirativas? ¿En el lado de la oferta – es decir, frente a los que las promueven – o en el de la demanda – ante el público? Debe encontrarse un equilibrio. Parece adecuado contar con terceros no oficiales que ayuden a aclarar la verdad: terceros aliados que deben ser expertos reconocidos por su trabajo, y que actúan «en su propio nombre», aunque sea con información proporcionada por los gobiernos en bambalinas.

Sunstein y Vermeule proponen una vía expeditiva para desmontar teorías conspirativas, que denominan, como anuncié más arriba, «infiltración cognitiva de grupos extremistas». Se trata básicamente de introducirse en los grupos generadores para explicar las debilidades cognitivas de la teoría: con presencia de agentes del Gobierno, y de terceros aliados, en las redes sociales, en los grupos de discusión virtuales o físicos, en los medios que los extremistas utilizan… Los autores dicen que no hay por qué ocultarse necesariamente. Algunos agentes que hablan árabe representaron al Gobierno de Estados Unidos ante los grupos de discusión on line, explicando las debilidades de algunas teorías peregrinas antiamericanas que andan por la red.

Terminan su artículo los autores con esta cita, que traduzco:

Algunas teorías conspirativas generan riesgos serios. No se limitan a minar el debate democrático; en casos extremos, pueden crear o fomentar la violencia. Si el Gobierno puede diluir esas teorías, debería hacerlo. Un problema es que sus esfuerzos pueden ser contraproductivos, porque los esfuerzos para desmontar las teorías también las legitiman. Hemos sugerido, sin embargo, que el Gobierno puede minimizar este efecto si desmonta más bien más que menos teorías, si lista los grupos que pueden ofrecer réplicas a las teorías, y si utiliza la infiltración cognitiva, diseñada para romper la epistemología amputada de los grupos que se guían por la conspiración y de las redes sociales aisladas.

Sunstein ha sido un importante asesor de Obama en estas cuestiones, y no cae muy bien a los neoconservadores, como podemos imaginar…

Retórica de Robin Hood

Me cuentan –  yo aún no la he visto – que Inside Job es sensacional. Un documental sobre la crisis financiera que se concentra en quienes la provocaron. Me dicen que la gente en Madrid apludía al terminar un pase normal de la película, algo extremadamente raro en las salas de cine españolas. Cuentan en Twitter que la ministra de Economía española la vio recientemente, y quizá sea ese el motivo para haber declarado recientemente que «están pagando la crisis los que no la causaron».

Attac, una de las organizaciones altermundialistas más importantes del mundo, me envía la carta que 1.000 economistas – entre ellos mi amigo Carlos Mulas – han firmado pidiendo al G20 que imponga la famosa Tasa Tobin, ahora también llamada Tasa Robin Hood, la vieja y tan reclamada tasa a las transacciones financieras, que nadie se atreve a aplicar.

MoveOn, la organización estadounidense progresista, me envía un vídeo bien claro y corto en el que un tipo explica rápidamente cómo se ha producido el déficit que ha estado a punto de cerrar el Gobierno de Estados Unidos.

Ayer en las páginas salmon de finanzas de El Mundo, se habla de «los enemigos de España»: por ejemplo, algunos analistas de The Wall Street Journal y el Financial Times (ambos de Murdoch, no se olvide, presidente del Consejo en el que se sienta nuestro afamado José María Aznar por unos cuantos cientos de miles), además de dos o tres influyentes analistas que se permiten insultar al Gobierno de España para cuestionar su credibilidad.

En un artículo también ayer en El País, el premio Nobel de economía progresista Paul Krugman se pregunta qué le pasa a Obama que está tan timorato en la lucha contra los especuladores.

Unos cuantos centenares de jóvenes se concentraron en Madrid hace poco para protestar por la lamentable situación en que se encuentran por cientos de miles.

Telefónica provoca uno de los mayores enfados colectivos que se recuerdan cuando el mismo día – por un lamentable error de coordinación de dos departamentos distintos de la compañía – se hace saber al regulador que se producirán dos hechos relevantes: un ajuste en el 20 por ciento de la plantilla que pondrá en la calle a unos 4.000 trabajadores, y un bonus a los directivos por una millonada. Creo que ha sido el peor día para Telefónica en materia de reputación en los últimos años.

Y hoy mismo, también en El País, el profesor de Economía Antón Costas, habla en su artículo «Quiebra moral de la economía de mercado» de estas mismas cuestiones y del sometimiento de la política «a los mercados».

Hay, en fin, un ansia de una nueva retórica Robin Hood: quitar a los ricos lo que ganaron de manera desproporcionada e injusta, y devolvérselo a los «pobres»: los millones de ciudadanos que se ven en plena crisis sin haber hecho nada por causarla. Lamentablemente, no ha habido líder europeo alguno que haya tomado esa retórica como bandera. Aquí en España, por ejemplo, Zapatero no hace sino insistir en «tranquilizar a los mercados», en su preocupación por la prima de riesgo, en reuniones con las mayores corporaciones…

En un estudio de la Fundación IDEAS que aún estamos trabajando, se pregunta a una muestra representativa de la población española si cree que «es malo que el Estado intervenga en la economía porque es mejor permitir el libre funcionamiento de los mercados». El 80 por ciento cree que es mejor la «libertad». Pero cuando se pregunta si se está de acuerdo en que «es bueno que el Estado intervenga en la economía porque es necesario luchar contra la acción de los especuladores», el 90 por ciento también está de acuerdo.

La inmensa mayoría de los ciudadanos europeos, estoy seguro, apoyarían a quien mostrara claramente su voluntad de luchar contra los especuladores, los avaros, los insolidarios, promoviendo normas de control y de redistribución razonables. Como Robin Hood. Pero parece que aún nadie se atreve.

((Y mientras tanto la extrema derecha triunfa en países tan progresistas como Finlandia)).

«Secretos de campaña» (España 2008)

Iolanda Mármol, periodista y especialista en periodismo político y electoral, master de la Ortega y Gasset, ha publicado su tesina bajo el título Secretos de campaña: cuando las emociones dan más votos que los argumentos. Se trata de un relato sumamente bien escrito y muy bien informado sobre la campaña electoral en España en 2008.

El libro va a ser presentado el día 11 de mayo, a las 7 de la tarde, en la librería del Reina Sofía en Madrid, por Gabriel Elorriaga y por Oscar López, dos de los protagonistas indiscutibles en aquellas fechas de 2008, en ambos lados de la trinchera.

Ideología por la cara

La semana pasada te pedíamos, desde Techpolitica y desde aquí ayuda para saber si una foto facial era suficiente para determinar la orientación ideológica de un político, como había concluído un estudio realizado con senadores estadounidenses. Ya tenemos los resultados.

Sería muy difícil definir concienzudamente cual es la fisionomía de un conservador o un progresista, pero parece claro que ya sea por la vestimenta o por accesorios, tendemos a identificar correctamente la ideología de los demás.

Los participantes de la encuesta, en concreto, aciertan la ideología de los senadores españoles utilizados para realizar el estudio con un 61% de fiabilidad, habiendo un 70% de casos en los que la tendencia mayoritaria se correspondía con la ideología del senador o senadora.

A continuación os dejamos las fotos de los dos senadores que recibieron un índice de acierto mayor, correspondientes a Rosa Nuria Aleixandre i Cerarols (el 90% adivinó correctamente que es conservadora )  y  José Manuel Pérez Bouza (el 87 % acertó al señalarle como progresista).

METODO:

Selección de casos:

  • 8 primeros senadores por orden alfabético con foto de los grupos parlamentarios del PP y PSOE forzando la paridad, que no cumplan funciones de portavocía.
  • Primer candidato por orden alfabético del PNV y de CiU, que no cumplan función de portavocía.
  • Primer candidato por orden alfabético del Esquerra y BNG.

Ficha técnica: 74 entrevistas voluntarias contestadas por Internet entre los días 7 y 11 de abril de 2011. Error de muestreo de 11.7% para p=q=0.5 y nivel de confianza del 95.5%.

Presidencias dinásticas en Latinoamérica

Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente de Perú, Alberto Fujimori, es candidata en las elecciones presidenciales que el país celebra hoy. El favorito es Ollanta Humala, que ha moderado mucho sus posiciones populistas de izquierda.

Pero Fujimori no es la única candidata presidencial de Latinoamérica que tiene un ascendiente familiar. De hecho, hay varios casos, de hombres y de mujeres. Empezando por la actual presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que podría volver a competir en las Elecciones de 2012. En Argentina también está en primarias, por el Partido Radical, Ricardo Alfonsín, hijo del querido presidente Raúl, que falleció hace unos años.

En Guatemala, el presidente y la primera dama, Sandra Torres, han tenido que divorciarse para que ella pueda competir en septiembre. La Constitución impide allí presentarse a los familiares, por lo que el mismo problema podría afectar a Zury Ríos, posible candidata también, cuyo padre fue presidente.

En Nicaragua, si Daniel Ortega decide no forzar las leyes para presentarse a un tercer mandato, podría sustituirle como candidata su esposa, Martha Colmenares.

En la República Dominicana, una vez que el presidente Leonel Fernández ha anunciado que no se presentará a la reelección (para lo cual también tendría que haber cambiado las normas), cabe la posibilidad de que se presente por el PLD su esposa, la primera dama Margarita Cedeño, que sería una extraordinaria opción.

En Costa Rica, Rodrigo Arias ha anunciado que se presentará. Es hermano del presidente Oscar Arias.  Menos amistosa sería la confrontación en Ecuador de Fabricio Correa, que podría competir con su hermano y actual presidente, Rafael.

En Cuba Raúl tomó las riendas del Gobierno de Fidel Castro. Raúl podría, sin embargo, promover a su hijo político, Luis Alberto Rodríguez.

Naturalmente, tanta familia no es para preocuparse, porque sucede en todo el mundo: miremos en Estados Unidos a los Bush, los Roosevelt, los Kennedy, los Clinton…

Triunfo

Mínimo homenaje a los socialistas que afrontarán probablemente unas primarias. Me lo envía una amiga:

Triunfo

 Es un triunfo el entusiasmo,

mantener el asombro ante las cosas

que amamos.

 

Es un triunfo el gesto de anunciar

que todavía quieres más,

que aquí estamos, resistiendo,

alentando la promesa de vivir

en cuatro historias que inventamos.

 

Es un triunfo la conciencia cierta de saber

que está siempre al acecho

el desencanto.

 

Esclavitud Rodríguez

Wikileaks, ¿héroes o villanos?

«La mayor filtración de la historia» puede ser vista también como una pura traición de un soldado americano, una simple venta de información privada, y la acción oportunista de cinco periódicos.

Julian Assange, el fundador de Wikileaks, puede ser un héroe al servicio de la democracia y la transparencia, o un simple villano, controvertido personaje megalómano que no tiene problema en vender información robada.

Quizá ayude a verlo con criterio el libro que se pone a la venta este mes de abril, Wikileaks y Assange. Hay una presentación del libro prevista con entrada abierta, y video de promoción.

¡Conservadores o progresistas por la cara!

Desde Techpolitica.com y Luisarroyo.com queremos pedir tu ayuda para saber si la apariencia física puede ser suficiente para delatar la ideología de una persona.

Hace más de un año dos profesores de la Universidad de Tufts publicaban el estudio «Democrats and Republicans Can Be Differentiated from Their Faces»  en el que evidenciaban que los sujetos participantes eran capaces de distinguir, con precisión, si  los candidatos al Senado de EEUU eran demócratas o republicanos a partir de una foto de su cara. Ahora nos hemos propuesto investigar si ocurre lo mismo en España con una pequeña encuesta de 20 casos, que dejaremos abierta a la participación hasta el próximo lunes.

Haz click aquí para participar en el estudio.

Cameron, ¿primer ministro de España?

Incumpliendo su propia estrategia de no meterse en líos, el líder de la oposición del PP ofreció hace unos meses una entrevista a El País en la que dijo que él aplicaría en España las medidas de Cameron en Reino Unido.

La Fundación IDEAS, que parece que coge músculo para la campaña, acaba de hacer público un informe en el que imagina cómo sería «la España de Cameron y de Rajoy».

Incluyen un vídeo que merece la pena.

Colom se divorcia y nos recuerda la historia del abogado que se hizo asesinar

El presidente de Guatemala, Alvaro Colom, está estos días de actualidad por la decisión de divorciarse de su esposa para que ésta pueda presentarse como candidata presidencial a las Elecciones. Allí no está permitido que los familiares del presidente se presenten, y parece que un divorcio puede arreglarlo. Curiosidades aparte, Colom nos ha recordado la superhistoria de amores, infidelidades, muertes, amenazas y política que él mismo protagonizó con el abogado Rodrigo Rosenberg en 2009.

¿Te acuerdas? Rosenberg hizo grabar un vídeo diciendo que si le encontraban muerto, el culpable de su muerte habría sido el presidente Colom. Finalmente, el fiscal español Carlos Castresana desentrañó la trama: Rosenberg había planificado su propia muerte y se había hecho asesinar por unos sicarios a sueldo. Increíble. Pues aquí está la historia contada en la traducción al español de un artículo maravilloso del New Yorker. Aparece por ahí nuestro amigo Roberto Izurieta, que asesoraba a Colom en aquellos momentos duros. (Aquí puedes encontrar la traducción al español del artículo)