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Putin en Villa Potemkin

Se habla del fenómeno «Villa Potemkin» para describir la mera escenificación política vacía de contenido. El nombre viene de la leyenda según la cual el ministro ruso Grigory Potemkin hizo construir fachadas de bonitas casas en la ruta de la emperatriz Catalina la Grande hacia las nuevas tierras conquistadas de Ucrania y Crimea en 1787. Potemkin pretendía así impresionar a su jefa, con la belleza de las tierras por él conquistadas.

Pues bien, como señala un artículo en Newsweek, el primer ministro ruso Vladimir Putin, vive en «Villa Potemkin», y no para de hacer cosas muy visuales, pero con excaso o nulo o incluso contrario sentido político. Putin el científico que lanza un arpón a una ballena para hacerle un análisis en el Pacífico. Putin el bombero que lanza agua desde un avión, con buena puntería sobre el fuego en un bosque cerca de Moscú. Putin el innovador ecologista  probando un nuevo Lada, en una nueva carretera transiberiana. Y por último, Putin con un panel de expertos occidentales discutiendo sobre el futuro de Rusia. Los expertos le alaban por lo bien que lo está haciendo.

Todo ello según la versión oficial que ofrece la televisión. Porque luego resulta que el Lada, claro, estaba rodeado de un centenar de otros vehículos de periodistas; que los expertos del panel fueron cuidadosamente escogidos por el Kremlin; que la ballena fue arponeada al cuarto intento.

La cosa no está mal: de hecho, estaría bien si fuera para simbolizar y escenificar políticas públicas o posiciones políticas. El problema es cuando se vive en «Villa Potemkin» y detrás de la fachada no hay nada. Y eso es lo que, dice el artículo, está pasando en Rusia: con una economía reduciéndose en un 8 por ciento el año pasado, una producción menguantes de gas y petróleo, un sector industrial anticuado, una decadencia demográfica y otros problemas, Rusia simula sus problemas con grandes proyectos sin mucho contenido.

(Por cierto, no he visto nunca a un primer ministro o presidente concediendo una entrevista a una periodistas mientras conduce su propio coche durante un viaje de 350 kilómetros en un día festivo, como hace Putin aquí).

Putin se parece un poco a Mortadelo, el famoso personaje español de cómic, por tanto disfraz y porque, además, recordemos que ambos son espías. Aquí una pequeña galería de fotos:

Regálame dos minutos

Como parte de una investigación más amplia de la que tendrás noticias, te rogamos que nos digas simplemente cuál de los siguientes conceptos consideras que es o expresa o está más cercano a lo que tú consideras «progresista» y cuál a lo que consideras «conservador». Por ejemplo, marca el círculo «conservador» si crees que el frío se identifica más con lo conservador, o «progresista» si crees que el frío se identifica más con lo progresista.

Te presentamos parejas de conceptos. Quizá un elemento de la pareja te parezca «más conservador» que el otro, o «más progresista» que el otro. Pero puedes marcar los dos o señalar el «No sé» si no lo ves claro. Por ejemplo, mucha gente identifica la derecha con lo conservador y la izquierda con lo progresista. Si tú también lo ves así, marcarías «progresista» en Izquierda y «conservadora» en Derecha. ¿Sucede algo parecido con el rock y la música clásica, o con las matemáticas y la poesía?

Son diez parejas; no tardarás más de dos minutos, si, como deseamos, nos dices lo primero que te viene a la cabeza. Tus respuestas son completamente anónimas.

Muchas gracias por tu ayuda.

Para contestar, haz click aquí: Encuesta «Â¿Conservador o progresista?»

Enfermos pero muy poderosos

Así, «Enfermos pero muy poderosos», se titula el artículo del EPS (El País Semanal) del día 26 de septiembre. Hace referencia a las enfermedades en los líderes de las naciones. Muy interesante el atículo, pero hay que comprar (supongo, porque yo aún no lo he hecho), el libro en el que se inspira, escrito por el médico y político laborista inglés David Owen: En el poder y en la enfermedad.

Mitterrand ocultó su cáncer de próstata, Kennedy frecuentaba los calmantes, Hitler consumía cocaína, Bush y Blair sufrían de «hybris», una especie de obsesión desmedida por el poder (¿Aznar? Según Owen Aznar no, como demuestra que renunciara a un tercer mandato). Owen habla de estas cosas y de otras como la polio de Roosevelt, el alcoholismo de Churchill, las depresiones de De Gaulle, o la paranoia de Stalin.

Mucho ha cambiado la política desde hace setenta años. De las 35.000 fotografías de Roosevelt que se conservan en su Biblioteca, en sólo dos aparece su silla de ruedas.  Una de ellas, la de arriba.

El Gran Debate Kennedy-Nixon, la verdadera historia en el 50 Aniversario

Ted Sorensen, entonces asesor y logógrafo de Kennedy, nos cuenta hoy en The New York Times, la verdadera historia del famosísimo debate presidencial, el primero de la historia de la televisión. Y desmonta algunos mitos notables. Aquí está el artículo, y aquí abajo te lo traduzco. El gran Oscar Santamaría me ha avisado de su publicación.

Cuando Kennedy se encontró con Nixon: la verdadera historia.

Por Ted Sorensen, 26 de septiembre, 2010

Hace hoy cincuenta años,  el gran debate entre el vicepresidente  Richard M. Nixon, el candidato republicano a la Presidencia, y el senador John F. Kennedy, el candidato demócrata, atrajo 70 millones de espectadores, la más amplia audiencia de la historia de Estados Unidos para cualquier evento político.
Seis mitos han persistido a lo largo de innumerables artículos sobre el enfrentamiento histórico. Como alguien que ayudó a Kennedy a prepararse y negociar las condiciones para el encuentro de Chicago, me gustaría corregir las cosas de esta historia de 50 años.

1. “Nixon ganó en la radio,” en la que la gente no podía ver su apariencia demacrada y tensa (resultado de una reciente hospitalización por un daño en la rodilla), su cara llena de sudor y sus ojos moviéndose nerviosos. Mi amigo Herb Klein, el jefe de prensa de Nixon, culpó a la televisión por el fracaso de Nixon, a lo cual yo tendría que haber contestado: “La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nosotros mismos.

Para el segundo debate en Washington, los representantes de Nixon insistieron en un plató más frío (¡para mi estaba bajo cero!) y más tomas de las reacciones de Nixon (que nosotros aprobamos). Los oyentes de radio, muy pocos comparativamente como para determinar la victoria, aún pudieron escuchar la sorprendente resistencia del vicepresidente a mostrarse en desacuerdo o incluso contestar a Kennedy sobre muchas cuestiones, y también escucharon como en su lugar se acogía a una aburrida comparación de las estadísticas de Truman y Eisenhower, en un intento futil de presentarse como un «nuevo Nixon». Como alguien que debate en la Universidad,  se dirigió a Kennedy de manera defensiva, mientras Kennedy se dirigió a la nación y a su competencia con la Unión Soviética.

2. “El debate no cambió suficientes votos como para suponer diferencia alguna.” Insistiendo en que «la cuestión es qué punto de vista y qué partido quieres que dirija la nación», Kennedy reafirmó su apoyo entre los demócratas que hasta el momento dudaban sobre su edad (demasiado joven, aclaración de Arroyo) y su religión (católica, por primera vez en un presidente de EE.UU., aclaración mía también), especialmente en el Sur, e incrementó sus posibilidades entre los independientes que sabían poco sobre él.

El día siguienten en Ohio, notamos los efectos cuando el senador conservador demócrata, Frank Lausche, decidió aparecer en la caravana, que atrajo a un número récord de espectadores a lo largo de la ruta, incluyendo a un extraordinario número de mujeres «saltarinas» (mujeres jóvenes que saltaban para ver pasar el coche de Kennedy).

Kennedy no resolvió la elección la noche del debate, como dijo más tarde Don Hewitt, el director de la emisión. El día de la votación, sin embargo, con un resultado muy ajustado en el voto popular, la actuación de Kennedy hizo la diferencia.

3. “Kennedy estaba nervioso,” enfrentándose a Nixon, más experimentado, y que era famoso por haber superado en un debate a Nikita Krushchev, el líder soviético. De hecho, Kennedy, que no tenía entrenamiento en debate y casi nunca practicó, llegó a Chicago el día antes del debate y, tras una larga mañana revisando posibles preguntas y asuntos expuesto a los rayos del sol de la azotea de su hotel (su bronceado televisivo, contrariamente a lo que se dijo, no era por hacer campaña en California), estaba suficientemente relajado para descansar. (Nixon, por el contrario, se aisló el fin de semana en una habitación de hotel con un entrenador).

Por supuesto, Kennedy nunca estuvo de acuerdo con aquellos que le decían que lo único que tenía que hacer era aparecer en el lugar del debate. Más tarde dijo en Minnesota: “Es más fácil jugar en Harvard después de haber jugado en Ohio State. Nixon puede haber debatido con Krushchev, pero yo tuve que debaterir con Hubert Humphrey en las primarias.”

¿Quién estaba nervioso? Aunque accedimos al requerimiento de los representantes de Nixon en las reuniones iniciales con las televisiones, a que los dos candidatos estuvieran sentados lejos, el vicepresidente parecía nervioso por la actitud mucho más suave de Kennedy; y para el tercer debate, en Nueva York, Nixon participó desde Los Ángeles.

4. “Los debates presidenciales son un pilar del sistema democrático.” Es cierto, pueden incrementar el interés, la educación y la partipación de los votantes. Pero eso es todo lo que podemos esperar de ellos. Los presidentes y los candidatos no toman (o no deberían tomar) decisiones importantes orientados por párrafos de dos minutos y medio o párrafos de cierre de cuatro minutos. Tampoco logran estas entrevistas colectivas examinar el juicio de los candidatos, como sí hicieran los debates Lincoln-Douglas más de un siglo antes.

5. “La iniciación de los debates en esta serie de cuatro por parte de las televisiones marcaron un cambio en su tradicional resistencia a dar tiempo libre para los candidatos políticos». Aunque las televisiones han continuado afortunadamente dando tiempo para los debates en casi todas las elecciones desde 1960, aún requieren a cada campaña que capte enormes cantidades de dinero para presentar a sus candidatos en televisión a los votantes, facilitando y ejemplificando la pauta de corrupción que desde hace tiempo ha teñido el sistema político americano.

6. “Fue estilo sobre sustancia, con Kennedy ganando en emisión y presencia.» De hecho, hubo mucha más sustancia en aquel primer debate que en lo que ahora pasa por debate político en nuestra cultura cada vez más comercial y más de eslogan de Twitter, en la que la retórica extremista obliga a los presidentes a responder a acusaciones extravagantes.

Aunque parecía en aquel momento que era una batalla entre dos visiones del mundo distintas, lo cierto es que los candidatos no se distinguían mucho en aquel primer debate. Y aunque Kennedy encontraría hogar hoy en el Partido Demócrata, no es probable que Nixon recibera una bienvenida cálida en el Tea Party.

Ted Sorensen fue consejero especial, logógrafo y consejero del presidente John F. Kennedy.

 

Cuidadoso framing del perdón de Ratzinger

Con qué cuidado el Papa ha escenificado su «pesar» por los abusos de sacerdotes a menores, respondiendo a las protestas masivas que ha encontrado en su visita al Reino Unido.

Primero: los casos más sonados y más publicitados han sido sobre niños varones hoy adultos. Pero el Para ha recibido a cuatro mujeres y sólo un hombre. La pedofilia no tiene pase para un cura, pero pedofilia homosexual debe ser demasiado. Mejor un pecado que dos.

Segundo: los selecciona la National Catholic Safeguarding Commission, una organización católica. Ratzinger reza con los cinco seleccionados. Asunto concluido: ellos rezan juntos y ante Dios se supone que perdonan.

Tercero: se encuentra con ellos en la residencia del embajador vaticano en Londres. No en la Nunciatura ni en una sacristía. El asunto es así como más privado.

Cuarto: 30 o 40 minutos, sin imágenes, con un escueto comunicado y sin que los recibidos estén autorizados a hablar. Punto.

Quinto: el Papa sigue así manteniendo su historia, ya contada en encuentros similares en Estados Unidos, Malta y Australia.

La puesta en escena no evita que el Vaticano esté siendo sometido a la peor crisis de la era de la televisión, sin ninguna duda.

Semántica de Disney

Hacía más de una década que no venía a Orlando. Pasé en Florida un año, enseñando en la Universidad, y cada vez que alguien venía de visita me ofrecía voluntario a llevarle a los parques, que siempre me encantaron. No era consciente entonces de la poderosa fuerza de Disney al trasladar los valores estadounidenses más conservadores. Mattelart y Dorfman ya lo dejaron claro en Para leer al pato Donald

No entendí entonces el profundo significado del Hall of Presidents, una atracción del Magic Kingdom en la que una selección de robots representando a los más notables presidentes habla del sueño americano, de la libertad, de los pioneros, etc. Tampoco el significado de The Carrousel of Progress, una maravillosa atracción ideada por el propio Disney para una exposición universal en los 60 y que aún se ve en el parque. Allí se ve la evolución de la familia clásica de los años 20, y luego 30, 40, y 60, más o menos. Claro que la evolución es de la electricidad, la tecnología de la comunicación, etc, porque la familia mantiene sus principios: el padre sentado habla, la madre trabaja cocinando, cosiendo, planchando. Hay un niño y una niña obedientes y sólo ligeramente rebeldes, y están los abuelos y el perro. En la secuencia del carrusel se celebra la permanencia de las fiestas tradicionales: 4 de julio, Acción de Gracias, Navidad… Progreso relativo.

No he ido, pero me habría gustado visitar The Holly Land Experience, un increíble parque temático sobre el cristianismo, ideado por un judío converso al baptismo.

Y he alucinado con la atracción estrella de la zona de Harry Potter. Puro storytelling como cada atracción de los estudios Universal. Haces la cola en el invernadero anexo a la escuela de Hogart, entras en sus oscuras y mágicas salas en las que un holograma increíble de Harry y sus amigos te piden ayuda, y los cuadros te hablan. Y entonces montas en un cacharrito con el que literalmente sientes con los cinco sentidos la aventura: vuelas detrás de la escoba de Harry Potter, te enfrentas con un dragón que te echa fuego por la boca, hueles el azufre, el cacharro se mueve, da vueltas y te agita, por los lados ves momias y monstruos que no sabes si son imágenes o muñecos… Emoción increíble.

América 2012, escenario imaginado

Estoy en Miami en la Conferencia de las Américas de Miami Herald. El Banco Mundial tiene un blog y me piden que les escriba 500 palabras. Aquí están.

Como al cuerpo joven que resiste mejor la enfermedad y reacciona mejor ante el tratamiento, a Latinoamérica le ha sentado mejor la crisis económica mundial, y en 2012 el continente recupera el crecimiento, mientras la vieja Europa aún se resiente de los achaques. Brasil, bajo la presidencia de Dilma, lidera el crecimiento regional y aunque abunda el escepticismo con respecto al ritmo de las obras, los Juegos de dentro de cuatro años han renovado el orgullo de un país que sigue siendo políticamente ejemplar. No se echa de menos a Lula, que se ha incorporado al club de los conferenciantes de lujo y es ahora un líder mundial de la paz y la defensa de los débiles.
Tampoco se añora a Uribe. Sus íntimos temores de que pudiera pedírsele cuentas por los falsos positivos se han disipado. Santos mantiene la línea férrea en la lucha contra el terrorismo, cada día más desprestigiado y más arrinconado. Colombia sigue un camino de estabilidad y protagoniza menos titulares negativos en la prensa internacional. Santos ya no le hace el juego a Chávez, que en ausencia de enemigos con los que victimizarse, ha ido perdiendo apoyos progresivamente en la población. Las excentricidades dejan de parecer simpáticas, y la violencia rampante no puede ya ocultarse. La persecución política y empresarial han hecho mella en el país. El populismo no ha evitado un desgaste progresivo del liderazgo de Chávez que probablemente vuelva a ganar a finales de año por ausencia de una oposición unida y sólida. El fervor político de los jóvenes antichavistas ha quedado en un movimiento en la web que no se ha consolidado suficientemente en las urnas.
Siguen muriendo pistoleros y civiles en la guerra de Calderón contra el narco, lo que dio la victoria a Peña Nieto. Suponemos que Calderón lamenta haber destinado al Ejército a una «guerra». Quizá la prometida nueva Policía Federal del nuevo Gobierno del PRI pueda reiniciar la lucha contra la delincuencia desde una perspectiva policial y no militar. Estados Unidos, con un Obama recuperado en popularidad, y que será previsiblemente reelegido en noviembre, ha prometido ayudar.
Los Kirchner, que hace un par de años se daban por cadáveres políticos, lograron ganar en Argentina. Igual da que sea ella, él o un tercero: el buen manejo de los territorios, algunas políticas sociales como la asignación por hijo, muy bien valorada, y la división de la Oposición en una miríada de candidatos, le mantienen en el Gobierno.
En un continente menos convulso que hace unos años, Fidel sigue captando la atención internacional. Muy enfermo ya, parece cada vez más viable e inevitable una transición pacífica hacia la democracia.

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Ciberactivismo de verdad en Avaaz

Esto sí es Internet al servicio de la política. Avaaz («voz» en varias lenguas) fue creada hace cuatro años como movimiento auténticamente global (no como Moveon.org, por ejemplo, que es más bien estadounidense). Y lo ha logrado. Utiliza 14 lenguas. Tiene casi seis millones de miembros. Claman y actúan y piden acción contra la corrupción en Brasil, contra la lapidación, contra los transgénicos o para salvar a las ballenas, entre otras muchas causas. Su acierto también ha sido abrir el abanico de las actividades. Activismo del clásico desde el sillón y a golpe de click.

Algunos dicen que ahí queda la cosa, en un pseudoactivismo inocente de pizza y sofá. Otros dicen que muchos de los voluntarios no se quedan en eso, y luego llaman por teléfono (al número que Avaaz también te da) o salen a la calle, o movilizan a sus amigos.

¡A por ellos, es la guerra!

¿Te imaginas al jefe de campaña de un partido europeo o latinoamericano, enviando un vídeo en el que explica a los suyos, con los «mapas de guerra» detrás, cuál es la estrategia a seguir? Por ejemplo, Pepe Blanco aquí en España, o su contraparte González Pons, o sus lugartenientes, diciéndonos cosas como «nos atacan por Castilla-La Mancha» o «necesitamos cubrir Asturias», o «podemos perder Cataluña». Sus seguidores se sentirían parte de una batalla, en medio de un efrentamiento emocionante y movilizador con el enemigo.

Pues eso es justo lo que hace David Plouffe a los seguidores del Partido Demócrata de EEUU para las Elecciones al Congreso y Senado de noviembre, en un envío en el que adjunta este vídeo. Impresionante. Dan ganas de irse a ayudar, e incluso de donar unos dólares (que también lo piden). Pero no te dejan donar desde fuera de España. A mi, ya lo conté aquí, me ponen en Carolina del Norte…

Sexo en las elecciones brasileñas

Jeferson Camillo, candidato a diputado nacional por el Partido Progresista, ha logrado hacerse notar en la campaña brasileña con esta serie de varios spots semi eróticos (de una factura bastante baja), en los que reclama lo nuevo y la tolerancia. Miles de entradas en la web sí ha logrado al menos.

No ha sido muy imaginativo el candidato en el logo de la campaña, tomado de Obama directamente.

Por cierto, también se ha producido la «obamización» de Trinidad Jiménez y Tomás Gómez en las primarias del PSOE a las regionales de Madrid.

( Luciana, gracias por el envío)