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La rotunda eficacia de un check list

Atul Gawande es un cirujano estadounidense que ha escrito The Check List Manifesto: How to Get Things Right. El libro es repetitivo y simplemente cuenta la misma historia diez o doce veces, pero demuestra taxativamente la eficacia de una herramienta tan sencilla como una lista de control, un check list que recuerda las cosas que hay que hacer en un quirófano, en el manejo de un avión, en una situación de crisis o al confeccionar un vestido de novia, por ejemplo.

Gawande pone un ejemplo de salud pública muy interesante. El médico Stephen Luby realizó un experimento en Karachi, Pakistán, con la complicidad de Procter&Gamble, que quería testar su jabón Safeguard, con o sin bactericida. Con la ayuda de una ONG, Luby definió seis situaciones en las que las familias tenían que utilizar el jabón: labado corporal diario, al ir a comer, después de defecar, al cambiar el pañal al bebé, al preparar comida o al dársela a otros. Publicaron los resulatados en Lancet en 2005, y fueron contundentes: la neumonía y la diarrea cayeron a la mitad en las familias que utilizaron el jabón y el check list de las seis situaciones.

Sorprendentemente, la gran parte de las familias ya tenían jabón en casa, y Procter&Gamble sufrió la decepción de observar que el hecho de que el jabón tuviera o no bactericida no producía ninguna diferencia significativa en el resultado. De modo que el jabón y la lista de situaciones no eran simplemente eso: eran un cambio de actitud y comportamiento. El check list obligaba a cambiar de hábitos.

Con el tiempo yo mismo he descubierto que lo mejor que podemos manejar en comunicación son breves memorandos y listas de control. En los años 90 hacíamos para las grandes compañías manuales de comunicación de crisis de cien páginas completamente absurdos (Perdón, Repsol, Iberia, Cepsa u otros…). Poníamos de manera ridícula toda la casuística de situaciones y pretendíamos anticipar todos los detalles, hasta la extenuación: accidente en instalación petroquímica, accidente en transporte marítimo, amenaza de bomba en refinería, … Los directivos archivaban los voluminosos archivadores, nosotros facturábamaos una buena cifra y cuando la crisis venía y el caos llegaba aquellas carpetas de la estantería se volvían inútiles.

En Moncloa tuve que ayudar a anticipar respuesta a un cierto número de crisis: gripe aviar, incendios y otros problemas veraniegos, inconvenientes en el proceso de fin dialogado de la violencia de ETA… No hicimos ningún procedimiento complicado. Sólo hicimos breves check lists. ¿Es conveniente el desplazamiento de alguien al lugar? ¿Se ha unificado el mensaje con las regiones? ¿Se ha enviado un argumentario breve a líderes de opinión? … La eficacia fue casi siempre la esperada.

No compres el libro de Gawande, pero hazle caso y utiliza los check list.

Aquí te regalamos uno para revisar cómo están las cosas antes de una campaña.

No tengo ni idea de cómo se hace un vestido de novia, pero seguro que el procedimiento admite bien la preparación de una lista de control. Buen fin de semana desde Bogotá, camino del calor tropical de Santo Domingo.

Curiosidades de campaña en Colombia

Este domingo hay Elecciones a la Cámara de represenantes y al Senado de la República en Colombia. Son previas a las Elecciones Presidenciales, cuya primera vuelta es el día 30 de mayo. Algunas curiosidades que te dejo aquí apuntadas:

La campaña más corta de la historia de Colombia. Sólo hace una semana la Corte Constitucional determinó por 7 votos a 2 que Uribe no podría presentarse por tercera vez. Y la presencia o no de Uribe en la campaña, con una popularidad de más o menos el 70 por ciento, era un factor que bloqueaba cuaquier otro asunto en la opinión pública. De manera que de pronto el  panorama cambia por completo y los candidatos actúan en un mapa nuevo y muy distinto, con dos meses y medio reales de campaña, después de la Elección del domingo.

Cualquiera puede votar por los candidatos de dos de los partidos. Es lo que en Colombia – y en otros países de Latinoamérica – llaman «consulta». Cualquier ciudadano registrado para votar puede solicitar la papeleta de los partidos en consulta (ahora en Colombia son el Partido Conservador y el Partido Verde), y votar por uno de los candidatos que se presentan. Es muy sorprendente para un europeo que, por ejemplo, alguien del Partido de la U (la formación nueva que creó Uribe) pueda votar por el candidato del Partido Verde o por el candidato del Partido Conservador en sus respectivas consultas. Es sabido que en Europa y en Estados Unidos las primarias corresponden a los militantes o registrados de los partidos correspondientes. Aquí en Colombia, desde donde te escribo, no: aquí cualquiera puede votar en las «primarias» de los partidos que las tienen. Curioso.

Santos, Noemí, Vargas, Fajardo, Pardo. Ahí va a estar previsiblemente el juego real para la primera vuelta presidencial. Juan Manuel Santos es el duro continuista del Partido de la U, y representa el uribismo más brutal. Noemí Sanín iría (si gana el domingo en la Consulta) por el Partido Conservador, y es la representante de un «uribismo social», si se quiere. Germán Vargas, por Cambio Radical (mal nombre para la situación actual del país) está haciendo una excelente campaña, desde hace largo tiempo. Sergio Fajardo, que montó el movimiento Compromiso Ciudadano por Colombia y ha logrado las firmas necesarias para inscribirse, es el representante, jeans y camisa sin corbata de por medio, de la «antipolítica», o de otra manera de hacer política. Rafael Pardo representa al Partido Liberal, el otro gran partido tradicional colombiano junto al Conservador.

Ley seca. Como ocurre en otros países, desde el viernes por la noche hasta el domingo por la noche incluidos, no se puede vender ni servir alcohol. No sé la cifra, claro, pero en un país como éste los bares y restaurantes deben perder con la broma una auténtica millonada.

¿Un voto, 20.000 pesos? Colombia es un país serio con instituciones democráticas bastante funcionales para los estándares de la región, pero se reportan aún demasiados rumores y casos reales de compra de votos por cantidades entre 10.000 y 50.000 pesos (entre 4 y 20 euros), en las zonas rurales y más modestas del país.

Unas papeletas imposibles. Para poder votar hay que marcar unas x en una gran papeleta de dificultad extraordinaria. En esa papeleta hay una zona A y una zona B, y la cruz tiene que ir aquí pero no allá, y además se vota por el Parlamento Andino, y si quieres votar en una de las consultas tienes que pedir el tarjetón correspondiente… Votar el domingo en las Elecciones es realmente complicado. Puedes ser testigo tú del lío aquí.

Uno de los candidatos no podrá votar. Andrés Felipe Arias (alias «Uribito»), que parte como segundo en la Consulta Conservadora (frente a la favorita Noemí Sanín), no podrá votar porque no se registró en su país, sino en un consulado no sé dónde ni hace cuánto, y no cambió de registro. No podrá votar por sí mismo.

Gabo apoya a la que prometió desnudarse si ganaba. El mismísmo Gabriel García Márquez, héroe nacional, se ha puesto la camiseta de la candidata María Fernanda Valencia, del Partido de la U, como representante de Bogotá. Importante adhesión la de la madura pero bella abogada y ex presentadora de televisión. La candidata prometió desnudarse para la revista SoHo, una suerte de mezcla de Playboy y Vanity Fair latino, si gana la elección.

Elecciones al Parlamento Andino. Casi nadie lo sabe, pero se vota también en Colombia a los representantes en el peculiar Parlamento Andino, la institución que une en Asamblea democrática a representantes de Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela, de carácter consultivo.

Kit defensivo contra chorradas

Joaquín (gracias, amigo), nos envía esta presentación de Michael Shermer, el presidente de la Skeptic Society y editor del trimestral Skeptics. En la presentación, en tono serio, Shermer nos ofrece un kit para detectar las chorradas que se publican o se creen por ahí. Es un decálogo que te resumo aquí, pero que merece la pena escuchar de su presentación.

1) ¿Es fiable la fuente? 2) ¿La fuente siempre defiende las mismas afirmaciones? 3) ¿Ha confirmado alguien más las afirmaciones? 4) ¿Esto más o menos cuadra con la forma normal de funcionamiento del mundo? 5) ¿Ha intentado alguien refutar al afirmación? 6) ¿Qué indican las pruebas mayoritarias? 7) ¿Está aplicando quien hace la afirmación las reglas de la ciencia? 8) ¿Está quien hace la afirmación ofreciendo sólo pruebas negativas o también positivas? 9) ¿Da explicación la nueva teoría de tantos fenómenos como las viejas teorías rechazadas? 10) ¿Están las creencias personales dirigiendo la afirmación?

Este kit contra chorradas no debería ser de aplicación sólo para locos defensores del creacionismo, de las conspiraciones mundiales o de las abducciones extraterrestres, sino también para más de un periodistucho suelto por ahí que defiende que Obama no es americano sino un instrumento de la Yihad islámica, que ETA estaba detrás del 11M (por dios, qué cansancio) o que eliminar un embrión de cuatro semanas es matar a un niño.

Pero, por favor, no te pierdas este otro vídeo (tiene en este caso subtítulos en español) del mismo Michael Shermer, sobre la fuerza de las creencias. Te va a divertir y a sorprender.

Creer cosas extrañas, por Michael Shermer, divertidísimo.

El mayor encuentro de comunicación política de la historia reciente

Eso es lo que ya está preparado para Bilbao, a mediados de junio: Greenberg, Lakoff, Luntz, Contreras, Izquierdo, Apicella… Las campañas de Piñera, de Uribe o de Sarkozy… Si te gusta esto no te lo puedes perder. Por lo demás, tiempo habrá de tomar por allá unos vinos y divertirse entre amigos.

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Diplomacia corporativa

Algunas compañías se tratan de tú a tú con los gobiernos del mundo. Así lo deja ver un interesante artículo en El País este fin de semana. Contratan a personalidades de la política para gestionar las relaciones institucionales fuera de sus fronteras. En España se trata de una tendencia aún incipiente pero muy clara: Ramón de Miguel, ex secretario de Estado para la Unión Europea, ayuda a Iberdrola; el embajador Sebastián de Erice asesora a Técnicas Reunidas; José María Robles Fraga al Santander; Fernando de Almansa, también diplomático y ex jefe de la Casa del Rey, a Telefónica.

¿Qué tendrá nuestro servicio exterior, que no es suficiente para las grandes compañías?

«El arte del poder» en el Prado, esta semana

Aprovecha estos días grises en Madrid para ver esta exposición única en la que las armaduras originales de los reyes del Imperio español «dialogan» con los retratos de esos mismos reyes. Las armaduras, confeccionadas por los más prestigiosos artistas europeos eran el símbolo más poderoso de los reyes.

(Extracto de la presentación de la colección en la web del Museo del Prado))

Desde principios del siglo XVI hasta finales del XVIII ningún elemento formaba parte tan relevante de las características esenciales de la imagen del gobernante europeo como la armadura. Monarcas, emperadores, príncipes y nobles se hicieron retratar con ella conscientes de su simbólica asociación al poder. El arte del poder. La Real Armería y el retrato de corte incidirá precisamente en el papel trascendente de la Armería como colección de referencia en el desarrollo del género del retrato armado para mostrar la fortuna de la dinastía y su poder dominante en Europa.

La muestra recoge una cuidada selección de piezas forjadas por los armeros más relevantes del Renacimiento como los hermanos Negroli, la familia Helmschmid o Wolfgang Grosschedel, junto a esculturas del taller de Leone y Pompeo Leoni, un tapiz procedente de Patrimonio Nacional, que incluye un retrato armado de Carlos V, y obras de los más importantes pintores del momento como Tiziano , Rubens y Velázquez, procedentes del Museo del Prado y otras instituciones nacionales e internacionales, estableciendo entre ellas una profunda relación en la expresión de la representación del poder y la ideología de los monarcas españoles.

En El Arte del poder: la Real Armería y el retrato de Corte, ese diálogo maravilloso se produce desde el próximo martes al calorcito del Museo del Prado en estos días otoñales. La veré a mi vuelta de un nuevo periplo latinoamericano.

Una lismonita contra el «socialista maligno», por caridad

Están que se salen en el Partido Republicano en Estados Unidos. Lo último, una nueva apelación al miedo frente al diablo Obama que quiere convertir Estados Unidos en un país «socialista». En una presentación lamentable explicando la labor de captación de fondos del Partido, se dice literalmente:

«Qué puedes vender cuando no tienes la Casa Blanca, el Congreso o el Senado? Salvar al país de su tendencia al socialismo».

Y entonces aparecen las delicadas imágenes de un «socialista» diabólico con apareencia del Joker de Batman, y otras lindezas. Qué gente tan lista y delicada estos republicanos. Qué trazo tan fino. El presidente del partido ha salido a decir que no se autoriza ese tono… Bueno, menos mal que a alguien le queda dignidad.

Included in the presentation was the above slide, which was published on the Web site of the Washington Post.

La presentación completa aquí.

¡¡Definitivo: no podemos vivir sin Twitter!! Te vas a partir de risa con este vídeo

Sabida es mi resistencia a creer que las redes sociales van a tener por si solas influencia en la generación de estados de opinión. Me arrepiento. Hoy, gracias a mi amigo Joaquín, que me envía esta maravilla de vídeo, me he convencido de que gracias a Twitter la vida nos va a cambiar.  Por dios, no te pierdas esta pieza como copiada de un capítulo de los Simpson. Y no dejes de observar al sabueso policía de Nueva York. Para partirse de risa un viernes… Buen fin de semana.

Descubriendo al criminal: dentro vídeo.

((Todo una broma deliciosa de The Onion, el satírico y genial medio estadounidense de «contrainformación»).)

Memorando imaginario a Rajoy, versión 2008

Ayer publicó El País el Memorando imaginario a Rajoy, un juego para explicar por dónde van las estrategias de comunicación de PP y PSOE en la política española. La idea de poner en el teclado de unos supuestos estrategas del Partido Popular la visión irónica de la situación fue en realidad de 2008. En enero de aquel año, tres meses antes de las Elecciones, escribí un memo imaginario, que terminé por dejar en el cajón por la posición que entonces ocupaba, en la dirección del Gabinete de un ministerio. No era oportuno y el texto ahí quedó, en mis archivos. Ahora te lo ofrezco aquí como curiosidad, respetando hasta la última coma del texto original, inédito.

Aquí lo tienes.

Memorando preelectoral imaginario al

candidato Rajoy (versión enero 2008) 

 

De:             Asesoría estratégica del Partido Popular

A:               Mariano Rajoy

Asunto:       Los resultados de la “gestión del terror”

 Al menos aquí estamos. Tras pasar de la mayoría absoluta a la oposición, castigados por las maniobras que hicimos los tres días previos a las Elecciones, tras una pérdida de confianza por la foto de las Azores, la pésima gestión simbólica del Prestige, el “decretazo” y la antipatía natural que suscitaba el presidente Aznar, llegamos a las Elecciones relativamente fuertes. La estrategia ha funcionado. Quizá conviene recordar qué le pasó al PSOE cuándo González perdió frente a Aznar: cuatro años de travesía del desierto, fallidas elecciones primarias y fallido liderazgo de Borrell y Almunia. Fue eso – la ausencia de una oposición fuerte – lo que nos permitió pasar por centristas entre el 96 y 2000. Sabemos que las palomas del partido (Gallardón, Núñez Feijoo,  Camps, los Arriola y compañía) defienden la vuelta al centro, pero es justo reconocer que la estrategia de los halcones (Aznar, Acebes, Zaplana, Aguirre) ha funcionado, al menos, para llegar hasta aquí.

 Qué bien que la economía vaya mal. Si miramos los datos (buen crecimiento del PIB, superávit presupuestario, mejora de la productividad, paro en mínimos históricos, subida de salario mínimo y pensiones…), lo cierto es que la economía marcha, pero esta sensación de que va peor que antes, y que será aún peor, nos viene en un momento óptimo, porque los dos grandes miedos que hemos agitado – que España se rompe y que el Gobierno se ha rendido ante ETA – están muy desacreditados, aunque hayan hecho su efecto. Es dudoso que consigamos convencer a la gente de que llega el cataclismo económico, pero deberíamos intentarlo. Es lo único que nos queda. Lo de Pizarro ha estado bien en general, pero cuidado con él, porque tiene demasiadas aristas, nos identifica con el ultraliberalismo y en Cataluña cae mal.

 Nos manejamos mejor con lo simbólico y lo emocional. A un visitante ajeno le agradaría la visión general del país: economía sana, razonable estabilidad social, ausencia de problemas graves con la inmigración, mejoras en derechos sociales, un país objetivamente seguro, tolerante y solidario… No tenemos una situación objetivamente angustiosa. Pero una cosa son los hechos y otra las percepciones, y estas últimas están definidas por los mensajes de los políticos y de los periodistas. No hacer batalla con esos asuntos fue un acierto, porque el Gobierno nos habría ganado en todos y cada uno de ellos. Fue una buena elección orientarnos a lo simbólico: la unidad de España, la bandera, la “rendición ante ETA”. Y ahora los elementos más discutibles y emocionales de la economía, como que la gente no llega a final de mes, o que suben la cesta de la compra y las hipotecas. Esas cuestiones son más maleables, más controvertidas y, lo que es más importante, más sentimentales. Como los socialistas han descubierto sólo recientemente, lo emocional tiene más fuerza y es más eficaz que lo racional. Mientras ellos acaban de descubrir nuestras tácticas leyendo a su nuevo gurú, George Lakoff, nosotros las aplicamos con disciplina prusiana: la repetición tenaz de un mismo mensaje y las apelaciones emocionales al orden y la autoridad frente a los enemigos de la patria. De esta manera, mientras ellos dan la tasa de paro, hablan del superávit de la Seguridad Social o se empeñan en discutir con argumentos, nosotros hablamos de rendiciones, traiciones a los muertos, ruptura de España, reapertura de las brechas de la Guerra Civil, fin de la familia… Hemos trasladado un relato tan apocalíptico, que sus blandas apelaciones a los nuevos derechos sociales se convierten en una narración mucho más etérea. Hemos contado para ello con una magnífica ayuda: tres de los cuatro grandes periódicos nacionales (hasta la aparición de Público) se han alineado con nosotros sin ningún pudor, y el otro se ha puesto exquisito con el Gobierno disparando balas de “fuego amigo”, cuando no directamente hostil. La televisión ya no es una herramienta en manos del Gobierno, ni la privada ni la pública. Y en la radio Onda Cero pasa por centrista gracias al extremismo de la COPE. No tengamos prejuicios morales a este respecto. Mejor España rota que roja. Ya tranquilizaremos al personal si conseguimos gobernar.

 Ganamos gestionando bien la angustia. Hace una década que se ha demostrado que si le recuerdas a la gente que la muerte existe, que están en peligro sus valores, que hay razones para la angustia… ¡la gente se vuelve más conservadora! Parece que en España en estos últimos años esto ha sido así. El relato según el cual Zapatero es un presidente débil que está en manos de los radicales independentistas aquí dentro y de los populistas de izquierda en el resto del mundo, sólo es creíble si se corresponde con la narración según la cual España es un país en peligro. Pero es que, además, esa sensación genera inmediatamente una reacción conservadora, como han demostrado los teóricos de la Gestión del Terror (terror management), con más de 150 estudios en todo el mundo. No podríamos aguantar de aquí a marzo sólo con estos nuevos mensajes ingenuos y positivos de apoyo al Gobierno en la lucha antiterrorista… No tenemos más remedio que recordar a la gente que “España está en peligro”, ahora en peligro económico. Si no, los nuestros no se movilizarán, por mucho que parezca que tenemos un electorado mucho más fiel, que va religiosamente a misa y luego al colegio electoral. Estas últimas apelaciones al Rajoy campechano, simpático, cercano, no tendrán eficacia si no seguimos recordando que ETA está más fuerte que nunca, que el Gobierno se ha rendido a los independentistas y que la economía está en crisis. En pocas palabras, Rajoy quiere representar la seguridad frente a un presidente débil. Si no mantenemos en nuestros electores potenciales la sensación de angustia, nos quedamos sin relato.

 Que sean ellos los que se queden en casa: El problema es cómo mantener la angustia, logrando que los nuestros vayan a votar contra el Gobierno, y no despertar en los suyos el temor de que gobernemos. En ese sentido, no nos interesa que se publiquen encuestas diciendo que podemos ganar. Todo el mundo sabe que eso depende de millón y medio o dos millones de votantes, más bien jóvenes y más bien de izquierdas, que están algo desencantados con Zapatero, pero que no nos votarían a nosotros. Sólo irán a votar por el PSOE si se dan cuenta de que nosotros derogaríamos la ley de matrimonio homosexual, frenaríamos los avances sociales o pondríamos como ministro de Familia a un legionario de Cristo, por ejemplo. No les asustemos y que no voten. En eso no han ayudado mucho nuestros obispos en la manifestación de los Kikos de la Navidad. Hasta marzo, mejor moderación.

 ¡Es la emoción, estúpido!: “Es la economía, estúpido”, escribió en aquel cartel legendario el inefable James Carville a Bill Clinton en la campaña del 92, para que no olvidara la importancia de mantenerse en el mensaje único de la economía. Recemos para que Zapatero se olvide de la emoción, como le sucedió en parte en Tengo una pregunta para usted…Si se empeña sólo en los datos macroeconómicos, en las estadísticas y en los grandes números, se alejará de los desencantados. Recemos porque no sea capaz de evocar un relato fácil de entender, que entre los apáticos y los desmovilizados tendría mucho éxito: “en cuatro años hemos extendido derechos a millones de ciudadanos, hemos promovido una economía más justa y solidaria, hemos buscado la paz y la cooperación; y lo hemos hecho con buen talante. Todo eso está en juego si gana Rajoy”. Si Zapatero no busca este relato poniéndole personajes cercanos y visibles, si no es capaz de decir que todo eso está en juego… entonces tendremos el camino libre para situar nuestro relato: “Ya está bien de debilidad. O yo, moderado y cercano Rajoy, o el caos”.

Preparemos el postdebate. Estas sesiones de preparación de los debates que ya estás teniendo nos vienen muy bien. Calculamos que diez o doce millones de personas estarán viéndolos. Van a ser muy importantes porque hace quince años que no se ven en televisión debates presidenciales y porque cunde la sensación de que “hay partido”. Pero tan importante como estas sesiones será lo que se diga un minuto después de que termine el debate. Afortunadamente tenemos en eso ventaja, porque los tertulianos de Madrid están de nuestra parte. Pero nos lo tenemos que trabajar para que salgan en fila a defender tu actuación esa misma noche y al día siguiente en la radio y los periódicos, aprovechando que la mayoría de los opinantes está de nuestro lado.

Todo o nada. Hemos jugado una partida dura estos cuatro años. Si la perdemos la perdemos estrepitosamente y los nuestros nos castigarán. Hemos optado por anunciar el desastre, centrar todos los ataques en Zapatero y hacer una oposición sin piedad. Una segunda derrota en las Elecciones cuestionará la estrategia en su conjunto y sin duda abrirá una competencia interna por un nuevo liderazgo en el partido. Todos sabemos, y es bueno asumirlo, que pelearán por ella Aguirre y Gallardón, con un claro predominio interno de la primera. Si alguien es capaz de mantener la tensión “entre Madrid y la periferia”, la sensación de angustia bajo el Gobierno de Zapatero, un aparente liberalismo thatcherista que es en realidad simple y puro neoconservadurismo… esa es Aguirre. Estemos preparados: un fracaso electoral podría traducirse en la apertura inmediata de un congreso extraordinario del Partido, para renovar a nuestros líderes. Lo doloroso es preferible hacerlo rápido. Quizá así ganemos en 2012 y quizá no tengamos que hacerlo sometiendo al país a tanta tensión como en este periodo que ahora termina.

«Patito feo», política para niñas de ocho años

«Las divinas» o «las populares» es la primera opción «política» que han enfrentado en su vida mis hijas Clara (doce años) y Daniela (ocho) . Son los dos grupos rivales de la serie argentina Patito Feo, que está causando furor entre las niñas (mucho menos los niños) de esas edades, en España y en medio mundo.

«Las divinas» son las guapas y malas: «Mira a esa fea; aquí no entran feas», dicen en su particular himno, que hoy bailan todas las niñas a ritmo de rap. Son ricas, visten bien, son agresivas y territoriales.

Supuestamente, la serie trata de elogiar el papel de las buenas y feas, las «populares» lideradas por Patito. Ellas cantan mucho más melifluo e integrador: «Todo se puede lograr, aunque sea duro el camino (…) porque en el cielo brilla el sol cada mañana y la esperanza siempre está en tu corazón…» La populares son integradoras, amables, sufridoras y con más problemas en sus familias, que parecen más pobres.

¿A que adivinas qué grupo prefieren las niñas mayoritariamente? Claro: las guapas y malas. Todas quieren ser la alta y fotogénica Antonella, frente a la dulce Patito. En la web hay más de 70.000 fans en el grupo de Facebook de los que «odian» a Patito (ahí habrá muchos hartos de la serie, por supuesto), y las que siguen a las divinas son muchas más que las que siguen a las populares.

Las niñas se nos hacen darwinistas, duras, frías, mandonas… Patito y sus dulces populares no va con nuestros tiempos, según parece. No es tiempo de talante sino de fuerza.

Artículo sobre los valores que evoca la serie.