Los que me conocen saben de lo escéptico que soy con respecto al bombo exagerado que se da a Internet en la movilización polÃtica. No voy a extenderme mucho porque da para horas y horas. Baste decir de momento que últimamente todo el mundo pide «lo de Obama» y «lo de Obama», una verdadera revolución que aún sigue (date de alta en www.mybarackobama.com y compruébalo por ti misma o por ti mismo), es fruto de un contexto, un candidato y un paÃs y un momento bien determinados. Ni el alcalde de Peralejo es Obama, ni Estados Unidos 2008 es Europa 2010 o Latinoamérica 2010, ni la esperanza contra la Guerra de Irak es motivo comparable a ninguna otra causa… En fin, web sÃ, claro, y mucha… pero sin exagerar.
Últimos datos que nos ponen sobreaviso de las exageraciones:
- La mitad de la gente en las redes sociales tiene sus cuentas desactivadas. No hace literalmente nada. Entre ellos estoy yo, por cierto, que no soporto más el ir y venir de amigos desconocidos, y que tengo pudor como para no contar lo que he hecho este fin de semana, que creo que a nadie le importa (bueno, sÃ: fui a ver «Up in the Air«. No te la pierdas).
- La gente está ahÃ, en Facebook y en Tuenti básicamente, para hablar con los amigos y compartir sus cotilleos y sus fotos y sus vÃdeos, y poco más. «Compartir grupos de interés», objetivo esencial de la polÃtica, es una causa prácticamente inexistente en la red.
Tienes un informe completo y técnicamente muy digno presentado hace unas horas, aquÃ.
Hay que estar ahÃ, sin duda, pero a ver quién es el guapo que se mete en el grupo de mi hijos adolescentes para meter mensaje polÃtico… le correrÃan a gorrazos cibernéticos.
Recuerdo el consejo que me dio uno de los lÃderes de la campaña online de Obama en Washington (uno de los de verdad, de Organizing for America, no uno de los advenedizos que por centenares se dicen asesores de Obama), a propósito de la movilización en la web: «No te confundas: el secreto es el correo electrónico, con la lista de once millones que tenemos» (ahora deben ser 14 o 15). Yo lo compruebo cada pocos dÃas, y tú lo comprobarás si te inscribes como te acabo de recomendar.