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El don maravilloso de una historia

No creo que haya en España un mayor teatro colectivo y una conspiración mayor que los que montamos la noche del 5 de enero: 40 millones de adultos trabajando a conciencia para que cuatro millones de niños crean que tres reyes magos les colman de regalos. El esfuerzo tiene un sentido maravilloso, como contaba Gustavo Martín Garzo ayer en El País: a través de ese relato mágico, los niños y las niñas se reconcilian con el mundo. Se les recuerda que, pase lo que pase, alguien les quiere, y ¿qué buscamos todos sino una historia que nos recuerde que podemos amar y ser amados?

Hay mucho de esto también en la comunicación política bien hecha: formulamos la promesa de un regalo colectivo, ilusionamos en su puesta en escena, conspiramos colectivamente por lo que somos o lo que queremos ser. No sólo son importantes las políticas públicas, como tampoco son sólo importantes los regalos: aún más nos importa dar y recibir el don maravilloso de una historia. Un relato en el que sentirnos protagonistas.

Qué buen resumen del cambio tecnológico

Mis socios en México mandan este resumen que parece que alguien publica habitualmente, con las cifras del impacto de las nuevas tecnologías en la comunicación. «Shift happens» se llama, y ésta es la última versión. En cuatro minutos un resumen muy atractivo de datos. Aquí lo tienes.

Rajoy y el chorizo

Hoy, dentro de esa innovadora política de comunicación que consiste en decir poco (ya no recordamos su última rueda de prensa, hace posiblemente más de dos meses) y mostrar mucha imagen (los tomates el día del arreglo de Haidar fueron de antología), Rajoy ha servido hoy cena en un comedor social. Pero estos tipos no están acostumbrados a estas cosas. Obama también sirvió en comedores sociales ante las cámaras, pero, ¡por dios, él había sido mediador social después de terminar sus estudios en Harvard, renunciando a un sueldo millonario! Rajoy es un señorito registrador de la propiedad: le falta callo. Y se le ha notado.

Efectivamente, se disponía Rajoy a servir pinza en mano un potaje o similar. En particular, la pieza de chorizo. Y va el de Comunicación – o alguien de su equipo en cualquier caso – y le dice: «Cuidado, no te vayan a sacar con el chorizo». Y el bueno de Rajoy se lo piensa un segundo y dice: «Pues es verdad, voy a ponerme por aquí…»

Lo acaba de dar el Telediario. Aquí lo tienes. 

Ayram, un colega alumno en Salamanca, me pasa la versión manufacturada por el PP, mensaje político incluido. Aquí te las dejo. Observarás con cualquiera de las versiones que Rajoy disfrazado de servidor público no resulta tan creíble como Obama. Por no hablar del colega Moragas… Me pregunto si Rajoy les habrá dicho a los inmigrantes a los que sirve algo así como «Véis, Zapatero no debería haberos arreglado los papeles…».  

Aún así, conviene prevenir de la eficacia de estas cosas cuando se hacen bien…. Y Rajoy está aprendiendo: sería un error minusvalorarlo.

El «Partido del Amor» de Berlusconi y otras noticias del día de los inocentes

El País lo dio en su portada de papel hoy: Berlusconi lanza una nueva iniciativa política llamada el «Partido del Amor». Y ofrece diálogo a la oposición para superar el odio que el primer ministro advierte en la sociedad italiana y que ya notó su mentón hace unos días. Resulta curioso que nadie se lo haya tomado en broma, considerando que el Partito dell’Amore ya se registró y trabajó a principios de los 90, bajo el patrocinio y liderazgo indiscutible de la actriz porno Cicciolina que todos recordamos.

Otras bromas de hoy fueron identificadas con más rapidez. Genial la de una web rusa que se ha expandido por el mundo, con el supuesto descubrimiento por la revista National Geographic del «montaje» de las piedras de Stonehenge, con fotos y mítica de servicios secretos ingleses incluida. No está mal la que relató el diario de Caracas La Nación: Chávez declara obligatoria la arepa socialista para combatir el colesterol.

Y simpáticas las de Madrid. El Ayuntamiento decide llevarse ahora la estatua de Colón a la Plaza de Castilla, después del fiasco del obelisco dorado este que nos han plantado (juro que yo, que vivo cerca, creí que era la base de algo más que algún día llegaría). Y otra: el Metro utilizará números romanos en su nomenclatura. O una última, Madrid optará a los Juegos de 2018 ¡pero de invierno!   Todas ellas referidas aquí.

Esmoquin o no esmoquin: ¿tú qué harías?

Hace un año que se montó una de esas conversaciones de sobremesa que los de comunicación adoramos, siempre que salen bien. Y a Carme Chacón le salió bien. ¿Te acuerdas? La discusión era si la ministra de Defensa, Carme Chacón, hizo bien decidiéndose por llevar un esmoquin en la Pascua Militar, lanzando un mensaje de sobriedad e igualdad.

En una inútil intentona, Pedro J. habló de «Chacón en su pasarela»Â e insinuó que la ministra no había cumplido con el protocolo. Falso: la Casa Real había explicado antes y después que el atuendo de la ministra era adecuado. Chacón salió airosa del embite, gracias también a las opiniones de Agatha, la esposa del director de El Mundo, a Armani, a Dolce & Gabana, a un buen número de modistos y estilistas y, de manera destacada, a Esperanza Aguirre, que se negó «a hablar de lo que visten las ministras». La amiga de la ministra Magali Yus (mi esposa), explicó en una carta al director de El Mundo, las circunstancias de la decisión de la ministra. La carta se publicó el día 9 de enero de este año que ahora termina:

Sobre el traje de la ministra de Defensa

 Sr. Director:

Soy amiga personal desde hace años de Carme Chacón, ministra de Defensa, y trabajo en el mundo de la moda. Hace un par de semanas, mi amiga me pidió opinión sobre el atuendo que podría adecuarse a la especial circunstancia del día 6: primera Pascual Militar en la que una mujer ocupa su cargo. Por supuesto, le ofrecí encantada mi opinión. Ella me explicó las condiciones que debía cumplir: ajustarse al protocolo, que fija vestido largo para esta ocasión solemne; vestir con la sobriedad que exige dirigirse a S.M. el Rey, a las autoridades y a los militares sin llamar la atención por lo que se lleva sino por lo que se dice; y no hacer dispendio.

El protocolo, como sabe todo el mundo, deja prácticamente uniformados a los hombres y favorece que en los eventos de gala las mujeres luzcan vestidos llamativos. Pero hubo hace tiempo un visionario llamado Yves Sant Laurent que ofreció una buena opción a las mujeres: el esmoquin, un traje de gala pero sobrio a la vez; un atuendo reservado hasta entonces a los hombres que, adaptado, es homologable a los vestidos femeninos largos tradicionales en el mundo occidental. El pasado día 6, la ministra portó uno de Purificación García. Llevó una camisa que yo misma le presté (de Massimo Dutti) y unos zapatos de Bimba y Lola. El servicio de Protocolo correspondiente dio su visto bueno a la idea del esmoquin (de hecho la Infanta Elena ha utilizado el esmoquin como atuendo de gala en varias ocasiones).

Por todo lo anterior, el pie de foto que EL MUNDO ofreció en portada el día 7 de enero (La ministra en su pasarela) y la información interior señalando «una interpretación personal del protocolo», e incluso opiniones críticas de anónimos «expertos en protocolo», me han sorprendido. No sólo porque conozco bien a la ministra y sé que si algo pretendía ella era, precisamente, no utilizar el Palacio Real como una pasarela. Tampoco porque alguien censure a estas alturas el uso de una prenda homologable a los atuendos tradicionales de gala. Me sorprendió sobre todo que un diario moderno como el suyo se aferrara a una visión tan estereotipada y anticuada de la mujer y tuviera dificultades en entender el código de modernidad y sobriedad que la ministra trasladaba con su vestuario.

Magali Yus.

Sé muy bien, por obvias razones, que Chacón no quiere frivolidades, pero también sé que sabe que la Pascual Militar del próximo día 6 de enero va a centrar la atención en su atuendo, un año después de aquella polémica que a ella le pareció tan absurda. La cuestión, por tanto, no es tan obvia, y lo que haga, aunque ella no quiera, dará que hablar. Veámos, sin desvelar el secreto, cuáles son las opciones:

Llevar esmoquin. Titulares al día siguiente: «Chacón insiste en el mismo atuendo». La imagen de una ministra que no se rinde y que mantiene sus decisiones. Suena bien pero quizá sea demasiado obvio.

No llevar esmoquin y elegir un atuendo más tradicional, de vestido de gala habitual. Titular: «Chacón rectifica»; o «Chacón renuncia a la polémica vistiendo según el protocolo»… No muy rentable.

 ¿Y un punto intermedio? Digamos que un traje masculino en alguno de sus elementos, pero también femenino en su conjunto… Podría ser.

La solución el día 6 de enero. Haga lo que haga, habrá conversación de sobremesa.

Avatar, pura política ajustada a nuestro tiempo

¿Recuerdas las superproducciones de la era Bush, en las que los buenos americanos liberaban al planeta en nombre de la libertad? Avatar es más bien una película de la era Obama. Tu hijo de ocho o nueve años es posible que no aguante las más de dos horas y el argumento un tanto complicado (Daniela se durmió en la última media hora), pero la historia merece la pena, no sólo por los efectos especiales, sino también por el mensaje que traslada, también político.

El mito del buen salvaje: los «salvajes» que viven en plena armonía con la naturaleza, a pesar de sus costumbres aparentemente ancestrales…

El poder inteligente o «smart power» de Hillary Clinton: no basta con la fuerza y el pragmatismo («Soy un guerrero que sueña con la paz, pero tarde o temprano hay que despertar», dice uno de los buenos). Es necesaria también la diplomacia y el diálogo.

Lo absurdo de los ataques preventivos: Literalmente. El militar brutal (que «ya no obedece a nadie») ordena una invasión para que esos salvajes sepan a quién tienen enfrente.

Un valioso mineral, metáfora del petróleo de nuestra época, como excusa para arrasar una sociedad y sus bienes naturales. Pues eso.

Los americanos no son tan buenos necesariamente. De hecho, los malos malísimos son claramente mercenarios desaliñados. Pero sin pasarse: son unos pocos héroes americanos los que finalmente resuelven el problema. Por cierto, entre ellos hay una valiente militar (la única soldado buena de la película), que se llama Chacon. Su helicóptero futurista lleva su nombre grabado en la puerta. ¡Viva Chacon! 

No pude verla en tres dimensiones, pero la dimensión política es evidente.

Sangre en la boca, siete puntos de popularidad

Estaba esperando la primera encuesta posterior a la agresión de la que fue víctima Berlusconi, y que abrió los medios del mundo hace una semana. Las imágenes del primer ministro italiano con la boca ensangrentada, después de que un desequilibrado le arrojara una figura de alabastro, fueron de altísimo impacto y generaron condena unánime.

Pues bien, Il Corriere della Sera nos da el dato: el índice de aprobación sube más de siete puntos, desde el 48,6 por ciento de noviembre, al 55,9 por ciento.

El reverso de la moneda es que una cuarta parte de los italianos aprueba la agresión por considerar que el primer ministro es «un peligro» para la democracia italiana.

El fenómeno es conocido: las agresiones, los ataques externos, los atentados, los abucheos, etc. (y más si son tan salvajes como el que comentamos), producen una inmediata subida en los índices de popularidad de los líderes democráticos. La máxima expresión de este fenómeno, referida a las agresiones exteriores que generan un incremento de la simpatía por los presidentes, ha sido muy estudiada en Estados Unidos, y se denomina «rally round the flag». Es uno de los fenómenos de opinión pública más curiosos: incluso fue parodiado por una divertida película con Robert de Niro y Dustin Hoffman, del año 1997: «Cortina de Humo«.

¿Quieres que te felicite «personalmente» Obama, a ti o algún amigo?

La última acción de Organizing for America, la organización de movilización de los demócratas de Obama, dependiente del Center for American Progress, es encantadora. Un vídeo colectivo con música en el que te felicitan las fiestas poniendo tu nombre en un par de carteles. El vídeo termina con el mismísimo Obama firmando con su mano zurda una felicitación «personal».

Puedes manejarlo desde aquí para probar con tu nombre o para enviárselo a cualquier amigo o amiga. Estos tipos son lo más. Por cierto, tienen el detalle de permitirte seleccionar tu felicitación: desde Happy Holidays hasta Happy Hannukah, pasando por Feliz Navidad, en español.

Los conservadores roban la ideología y se quedan con los votos

Mientras los progresistas en toda europa pelean entre ellos, entran en matices y racionalizan sus posiciones, los conservadores dan por hecho que no vale la pena luchar contra el progreso, y se apropian de los avances por los que sus adversarios tanto lucharon.

Hoy mismo el Partido Popular en España baja el perfil de su rechazo a la reforma de la Ley del aborto. Quita la portavocía a quien la tenía hasta ahora, la diputada Moneo embarazada de ocho meses, y sus líderes destacados no hacen ni una declaración sobre el asunto. La ley quedará aprobada y el PP disimulando: batallas perdidas para qué vas a pelearlas, deben pensar… En toda Europa se dan por asumidos los avances sociales a los que los consevadores se opusieron, y hoy ya forman parte del adn del continente.

El siempre inquieto Redoli me remite este vídeo de los jóvenes de la UMP, el partido conservador francés de Sarkozy, en el que estos niños bien cantan con sus mayores una pegadiza melodía, dibujan corazones en el aire, usan incluso una rosa – el emblema socialista por excelencia – y hablan ¡de cambiar el mundo! En el vídeo pareciera incluso que el comunista Obama canta con ellos. Amigos progresistas, nos vamos animando o nos roban hasta la rosa.

S=R-E El «síndrome Disneylandia» o el manejo de las expectativas

Cuentas a los niños que les llevas a Disneyworld el próximo verano, que tomarán un avión a Miami, visitarán los Everglades y verán caimanes, que el coche de alquiler será descapotable, que subirán a la Space Mountain, y cenarán con Mickey en el hotel. Subes las expectativas tan alto que el retraso en el aeropuerto, el coche que sólo puede ser un compacto, la tormenta que arruina el día en el parque, las colas en la montañan rusa espacial, y la leve fiebre de la niña durante la cena, producen decepción en la familia.

«Quizá esperabas más de mi de lo que podía darte, quizá parecía que te ofrecía más, quizá elevé tus expectativas… y te decepcioné.»

Lo explica muy bien la fórmula S=R-E, es decir, Satisfacción = Resultado – Expectativas. Si las expectativas son de 1.000 y el resultado de 500, la satisfacción es negativa. Si las expectativas son de 100 y el resultado se mantiene en 500, la satisfacción es positiva.

Esta sencilla fórmula debería figurar en el escritorio de algún que otro líder, y frenar la tentación de anunciar fechas de terminación de obras, salidas «inminentes» de la crisis, «brotes verdes» que se sólo se intuyen, éxitos en la «champions league» de la economía mundial, «pleno empleo»… Una cosa es la pedagogía y el optimismo, y otra un buen manejo de las expectativas.

«Nos vamos a Disney, chicos, pero el viaje y las colas serán largas…» «Nos vemos el martes, pero no esperes mucho de mi: soy más bien torpe y vulgar…»